jueves, 11 de marzo de 2010

Reclutar a los hijos de los ricos es la mejor garantía de que no habrá guerra



El nuevo presidente tiene que volver a instaurar el sistema de reclutamiento. Pero con un matiz: se llamará a filas únicamente a los jóvenes de entre dieciocho y veintiséis años que sean hijos de las familias con más recursos del país, es decir, aquellas que por sus ingresos formen parte del 5% de las rentas más altas. Sí, señor, hay que reclutar a los ricos. No hay forma mejor de saber si una guerra es necesaria de verdad que comprobar si los ciudadanos más pudientes están dispuestos a sacrificar a su “propia descendencia” en dicha guerra. Y el día que lo hagan, ya nos podemos ir alistando todos los demás, porque eso significará que lo que se nos viene encima es para cagarse de miedo.

Piensen ustedes: ¿nos permitiríamos el lujo de invadir un país que no supone para nosotros ninguna amenaza si en la acción tuvieran que morir los hijos de los ricos? ¿Cuántos conflictos nuevos tan innecesarios como el de Irak estaríamos dispuestos a emprender si una cadena de montaje llena de cadáveres se extendiera desde nuestros más elitistas colegios privados hasta los cuarteles?

¿Qué sabemos seguro sobre los ricos y sobre los hijos de los ricos? ¡Que les gusta seguir vivos! ¡Les gusta seguir vivos porque la vida es buena! La única razón por la que acaso se plantearían arriesgar sus valiosas y opulentas existencias es que apareciera alguien a la puerta de sus casas amenazando con matarlos y robarles todo lo que tienen. Si no hubiera por allí miembros del servicio doméstico que repelieran el ataque, ni escondite alguno donde refugiarse, puedo incluso imaginarlos recurriendo a cualquier medio a su alcance para detener a los intrusos.
[...]
Tenemos que empezar ya a reclutar a esos jóvenes, pues ellos son la mejor garantía de que nunca tendremos que luchar en una guerra».

Mike for President (2008)
[Extracto del libro escrito por Michael Moore]

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