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lunes, 12 de agosto de 2024

How Much Sex a Person Has Could Be Linked to Their Mortality Risk

Health10 August 2024
ByCarly Cassella
(kali0/Getty Images)


Women who regularly have sex are likely to live longer, according to a nationally representative study in the United States.

The findings are derived from interviews and physical exams of male and female participants between the ages of 20 and 59, conducted as part of the National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES).

In a study led by Walden University public health scientist Srikanta Banerjee, 14,542 adults were asked, "In the past 12 months, about how many times have you had vaginal or anal sex?" Roughly 38 percent claimed to have sex an average of once a week or more.

Even when accounting for education, ethnicity, and socioeconomic status, female participants who claimed to have sex less than 52 times in a year were three times more likely to die from any cause over the five-year study period.

No such association was found for male participants. Yet sexual activity seemed to be particularly important for men – and women – with poor mental health. Participants who had depression and engaged in sexual activity fewer than 52 times in a year were found to have nearly 200 percent higher chance of dying than comparable individuals without depression, while just 75 percent higher chance for those who had sex more than 52 times a year.

The findings build upon the result of another recent study which found a similar association using different years of the NHANES survey. This analysis combined male and female participants together, however, and didn't take into account the exacerbating impact of depression.

Depression on its own has been linked with an increased risk of premature death, and women are twice as likely to suffer from depression as men.

Previous studies have shown that partnered sex is good for the mental and physical health of both males and females, improving cardiovascular health, reducing distress, boosting happiness and well-being, and protecting brain health.

Even solo sexual behaviors, like masturbation, have documented health benefits, including reduced stress, improved sleep, and boosted mood.

But at this point, no one knows how different types of sexual activity may influence a person's long-term health outcomes. Even in this study, the nature of the sexual activity isn't detailed, with authors conceding the inclusion of a sexual satisfaction subscale could overcome study limitations in the future.

"There is mounting interest in understanding how precisely sexual health affects overall health," write the study's authors.

"Although the connections between physical health, social determinants of health, mental health, and poor health are well known, there is a paucity of research regarding the connection between sexual health and long-term mortality outcomes."

Clearly, there is still much left to learn, but the general takeaway seems to be that regular sexual activity, in the broadest sense, is good for human health. At least, that is, to a certain extent.

The recent NHANES study also found that male participants who engaged in daily sexual activity were six times more likely to experience premature death than females who did the same.

Have fun out there, but listen to your body, and make sure to give it a break when needed.

The study was published in the Journal of Psychosexual Health.

jueves, 4 de junio de 2020

SEXUALIDAD PREHISPÁNICA


La imagen puede contener: 9 personas, personas sentadas



Las prácticas sexuales de los pueblos prehispánicos eran muy variadas. Así encontramos que en Tenochtitlan la sexualidad estaba muy ligada a lo religioso y espiritual, y se castigaba duramente lo que no estuviera dentro de lo permitido. Las tribus del norte, por otro lado, vivían su sexualidad de manera más libre. Con la llegada de los españoles y la religión católica, la sexualidad nativa se convirtió en un tema tabú y se prohibieron muchas de las prácticas antes permitidas. De igual forma, se hizo del placer carnal un pecado, concepto desconocido por los pobladores originarios. A continuación, te presento algunos datos curiosos sobre este tema:

#Uno La unión sexual entre homosexuales no era tolerada entre los mexicas y se penaba con la muerte. Sin embargo, al homosexual pasivo se lo afeminaba y se le asignaba un rol femenino (se lo llamaba berdache). La ley mexica castigaba la sodomía con el empalamiento para el homosexual activo, la extracción de las entrañas por el orificio anal para el homosexual pasivo y la muerte por garrote para las lesbianas.

#Dos Según las crónicas de los españoles, entre los los totonacas y los pueblos del Norte estaba socialmente aceptada la pederastía. Entre ellos, también la homosexualidad era vivida con mayor libertad.

#Tres Es sabido que muchos pueblos prehispánicos comparaban la fertilidad humana con la de la Tierra, y con este fin los mayas practicaban la “masturbación ritual”, que era una ofrenda masculina a la tierra.

#Cuatro También los mayas fabricaban instrumentos de madera, conocidos hoy como consoladores, para procurar el placer sexual femenino.

#Cinco Hay pocos registros de relaciones homosexuales entre los mayas, aunque se cree que eran parte de los ritos de paso de los jóvenes. Sí sabemos que su ley castigaba la homosexualidad con la muerte en un horno ardiente.

#Seis La prostitución, en general, era una práctica aceptada y no había castigos judiciales contra las mujeres que la ejercían. Sin embargo, y como sucede en la actualidad, la prostituta sí era estigmatizada socialmente.

#Siete La unión sexual entre individuos de distintas etnias estaba mal vista en general, pues cada sociedad tenía en muy alta estima su origen divino y por ello no era algo honorable mezclar su sangre con la de otro pueblo.

#Ocho En Tenochtitlan sí existía la poligamia: Solo la primera concubina era considerada esposa y, las demás, solo eran concubinas para el placer.

#Nueve Para los pueblos prehispánicos, los senos femeninos no tenían una connotación sexual tan marcada como la que tienen hoy en día, o la que tenían para los españoles, sino que eran simplemente características biológicas.

#Diez Mientras las mujeres en Tenochtitlan debían ser sumisas a sus esposos, las mujeres totonacas y otomíes eran temidas, iban a la guerra y podían elegir al marido de su preferencia.

#Once El adulterio no estaba permitido entre los mexicas, y las sanciones iban desde la estigmatización moral hasta la pena de muerte. El castigo tenía una razón, pues se creía que el adulterio producía un desequilibrios entre la comunidad y el Cosmos, y que la presencia del trasgresor provocaba desgracias, como la pérdida de cosechas o la muerte de niños.

#Doce Los mexicas veían en el placer sexual un don divino, tan necesario como el alimento, la alegría, el vigor vital y el reposo cotidiano. Para disfrutarlo se debía moderar, como cualquier otro regalo que los dioses le habían hecho al hombre.

#Trece Era tal la relación de la sexualidad con la religión, que el huey-tlatoani de Tenochtitlan Motecuhzoma ordenó destruir una casa de prostitución porque estaba convencido de que, debido a sus transgresiones públicas, su pueblo había sido castigado con la llegada de los españoles.

Fuente: costumbres indígenas, México sexo y Género y Sexualidad Historia Identidad Cultural México.

martes, 29 de enero de 2019

Humberto Maturana: “Los seres humanos no somos monógamos”



Ricardo Olave


29 ENE 2019

Desde la percepción del científico chileno, la sexualidad es un aspecto esencial en la convivencia entre seres humanos, la cual se manifiesta en la expansión de la sensualidad y la ternura como pilares del bienestar.


Esta entrevista, perteneciente a la extinguida revista APSI del año 1991, estuvo enmarcada en un especial relacionado al erotismo y la sexualidad. Es en este contexto que el Premio Nacional de Ciencias tuvo palabras para analizar a los chilenos, quien desde la emoción, desprende el lenguaje de la biología del amor.


-¿Usted considera que la monogamia es el orden natural del ser humano?


-No. Los seres humanos somos moderadamente polígamos. La monogamia nos puede durar toda la vida o no. Una cosa no niega la otra. Pero si usted me pregunta cuáles son los pilares de una familia larga, permanentemente, yo pienso que es la ternura. Porque la sexualidad, es un modo de ternura. Cuando uno habla de sexualidad, escucha solamente el acto sexual. Y éste es solo un momento en esta relación sensual hombre-mujer. Donde están la caricia, la atención, el cuidado, el juego: todo lo que es encontrarse con el otro en su legitimidad.


En la convivencia, son el control y la exigencia los que generan la angustia: mi impresión es que mientras más se controla la monogamia, más se destruye. El problema es la exigencia y el control. Si la pareja vive en la ternura y la sensualidad, y por lo tanto en la armonía sexual, ni siquiera se tiene que preguntar por la fidelidad. La fidelidad surge como pregunta cuando se perdió la sensualidad y la ternura.


-Usted ha dicho que la felicidad está en la armonía del presente. ¿Cuál es la relación que usted ve entre sexualidad y felicidad?


-El problema con las exigencias es que siempre interfieren con lo que exigen. Se fundan en que no está lo que se exige: usted exige cooperación y no la tiene, porque para que haya cooperación tiene que darse un fundamento distinto, que es la aceptación y el respeto, y el deseo común. Empieza a exigir cuando estas condiciones fundamentales no existen…
La armonía sexual


-Parece ser que estamos mal educados para convivir.


-Yo creo que sí estamos mal educados, porque pertenecemos a una cultura que piensa o que actúa como si la armonía y el orden surgiesen de la exigencia y el control. La armonía no surge de la exigencia, sino de la coincidencia de propósitos, de la coincidencia de deseos; lo que yo llamo la ‘con-inspiración’ en el vivir.


Humberto Maturana acota que él se ha preocupado de estos temas desde un camino distinto de la psicología y la filosofía: desde la biología. “Mis preguntas han sido en general sobre las condiciones constititivas que le dan origen a las experiencias, más que lo que pasa con ellas”.


-¿Pero es una biología integrada a la ética?


-Yo nunca me interesé por la ética hasta que la biología me la mostró.


-¿Hay ética en la naturaleza?


-No, pero en el ser humano sí. Y surge del amor. La ética tiene que ver con la preocupación por el otro. Con tratar al otro como legítimo otro en la convivencia. Pero la preocupación ética nunca va más allá que el dominio social en que surge…


-En Chile en estos momentos, mientras más se “ve” la gente, se siente con mayor status. Y esto, asociado a una sexualidad lo más reprimida, posible, ¿no?


-Yo creo que todos los seres humanos necesitan vivir una vida que tenga sentido. Una vida en la cual su quehacer sea armónico y congruente con un espacio más amplio que su vida individual, y ese sentido históricamente se daba desde lo místico. Eso se ha ido perdiendo. Ahora la religión propone un espacio de integración social. Y usted se va a encontrar con que los que viven en conciencia social, los que sienten su quehacer como parte de la comunidad, están menos amarrados a lo religioso. La religión está -demasiado, para mí gusto- centrada en las exigencias y en las normas. Pero lo que la persona busca es esa integración. Quiere que su quehacer tenga sentido y a veces lo confunde con las normas, que es lo que usted señala cuando dice status: si cumplo tales y tales reglas, pertenezco a una comunidad, soy acogido por ella.


-Hay una inseguridad “típica” o básica de los chilenos que explicaría, entre otras cosas, algunas formas distorsionadas de vivir la sensualidad y la sexualidad.


-Claro, pero la inseguridad nace de una mala integración a la comunidad a la que uno pertenece.


-Y también hay un malestar con el cuerpo…


-Bueno, pero todo eso va junto. Por qué tengo yo incomodidad con mi cuerpo, si no es porque estoy mal integrado a la comunidad a la cual pertenezco. Y por qué estoy mal integrado a la comunidad si no me conecto con ella adecuadamente en ser aceptado, en aceptar, en que mi quehacer tenga sentido en ella y que ella me acoja en mi quehacer.


-Usted comentaba que los seres felices son los que han sido aceptados por la madre, ¿será que los chilenos no han sido muy acogidos por sus madres, si es que podemos generalizar?


-No podemos generalizar. Yo creo que debe haber muchos chilenos felices (se ríe). Pero creo que tenemos problemas con el futuro. Nuestra cultura se hace cada vez más exigente en el competir, en el éxito. Y la mamá piensa que tiene que estar preocupada por el éxito de su hijo o de su hija en el futuro. Entonces no se encuentra con el niño o la niña. No lo ve. Le regala un juguete porque lo prepara para el futuro, no un juguete que tenga relación con el jugar solamente. Lo manda al colegio para que se prepare para el futuro y para el mercado profesional y no se escucha la queja del niño o de la niña en relación a cómo está viviendo su vida cotidiana en el colegio. Eso crea una tensión y una distancia, y por lo tanto una inseguridad en el niño. Porque el niño está en el presente, no en el futuro. A mí no me importa si el colegio en el que estuve era el mejor o el peor, lo único que me importa es si mi relación con mi mamá y con mis compañeros era armónica.
La muerte no es una novedad


Cabe destacar que a inicios de los años 90, Chile era un país desinformado respecto a las consecuencias del VIH, siendo un tema tabú y una enfermedad marcada por los prejuicios. El profesor Maturana, encontró palabras para comprender este fenómeno desde la contemplación.


En ese sentido, si bien los tratamientos actuales permiten mantener una vida tranquila controlando el virus, Maturana tuvo visión para pensar que esta enfermedad tendría cura en tiempos en que el miedo no permitía encontrar una respuesta.


-Hay una realidad que cambia, para los niños de hoy, la película del futuro: el sida…


-La película cambia hasta que haya un remedio contra el sida. Optar por vivir el presente no significa no hacerse cargo del futuro. La revolución sexual fue en realidad una revolución contra la hipocresía adulta. Surge con el movimiento hippie en Estados Unidos, como una reacción contra la guerra de Vietnam. Y contra la vida adulta que es mentirosa. Y entre otros aspectos de la vida adulta, contra la restricción de la sexualidad. Pero la gente tendrá que llegar a vivir su sexualidad como polisexual o como monógamo, no en contra de la restricción, sino en la armonía de su vivir.


– O sea que todo no se ha perdido, a pesar del sida.


-Por supuesto que todo no se ha perdido: el sida es una interferencia seria, y muy grave para mucha gente, pero se encontrará el remedio; si es como la sífilis. Mientras no se tenía el remedio contra la sífilis, era igual el sida…Antes la gente se moría de tuberculosis. Esto de estar cercano a la muerte no es una cosa nueva. Lo que pasa es que el sida tiene que ver con la sexualidad. Entonces uno tiene que preocuparse de su pareja: se puede ser monógamo o polígamo ordenado.


-Pero la cultura impone a las enfermedades una carga simbólica, metafórica, dice Susan Sontag. Se buscan “culpables”.


-Las enfermedades son pasares de la vida. Si el sida contiene una manipulación, usted no tiene por qué vivir esa manipulación. Es que toda la historia evolutiva del hombre tiene que ver con la sensualidad y la ternura. Por eso su negación es tan distorsionante.


-Usted dice que ser monógamo o polígamo son dos opciones legítimas. El problema es que la sociedad solo acepta una posibilidad como legítima.


-Esta sociedad, pero no todas. Hay otras culturas en las cuales no es así. Note usted que si las enfermedades venéreas y el sida se propagan como se propagan es porque no somos monógamos. Eso tampoco quiere decir que tengamos una estructura de gente perversa. Los seres humanos no somos monógamos. O no lo somos toda la vida. A lo mejor somos polígamos, y esa poligamia tampoco significa necesariamente promiscuidad.
El derecho a cambiar de opinión


“Es interesante lo que usted ha escrito sobre los errores”, mencionaba la periodista Mili Rodríguez, a lo que Maturana responde:”Para darnos cuenta de que comentemos errores, el error tiene que ser legítimo. Si el error no es legítimo, no lo podemos ver ni superar”.


Es aquí, donde la periodista de Apsi nota que el biólogo cuenta con una copia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento en el que tiene anotado bajo los 30 artículos de la Carta Fundamental, tres acotaciones: 31: Derecho a cometer errores, 32: Derecho a irse y 33:derecho a cambiar de opinión.


-Son artículos fundamentales. Si el error no es legítimo no puede ser comprendido ni superado. El derecho a cometer errores y el derecho a cambiar de opinión los agregué yo. El derecho a irse, lo pusieron mis alumnos.


Tras el término de la conversación, la periodista y el científico ven un pequeño pizarrón que dice: “Silencio. Palomas entrenando”. Maturana, al ver esto, explica que “las palomas vienen a la universidad a aprender y después son liberadas. Todas las palomas ven colores. Nosotros les pedimos que nos digan cómo los ven”.


El amor es fundamentalmente ‘ver’ al otro. Es decir, que bajo su concepto, el amor no es ciego registró revista Apsi.

domingo, 8 de julio de 2018

Sobre el Ginocentrismo



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Ginocentrismo n. (del griego γυνή “mujer” – Latín centrum, “centrdo”) se refiere a enfocarse de manera exclusiva o dominante en la mujer, en teoría y en práctica; o a la defensa de esa premisa (1). Cualquier cosa puede ser considerada ginocéntrica (Adj.) cuando se está tratando exclusivamente con un punto de vista femenino (o específicamente feminista) (2).
Katherine K. Young y Paul Nathason declaran que el enfoque predominante de la ideología ginocéntrica es dar prioridad a las mujeres jerárquicamente, y como resultado ésta puede ser interpretada como misandria (el odio y prejuicio hacia los hombres). Los llamados por la igualdad e incluso la equidad por parte de las feministas son a menudo, de acuerdo con esos autores, una treta para llegar al ginocentrismo (3).
Young y Nathanson definen el ginocentrismo como una forma de ver el mundo basada en la creencia explícita según la cual el mundo gira en torno a las mujeres, un tema cultural que estos autores aseguran se ha vuelto “de rigor” tras bastidores en las cortes y burocracias gubernamentales, lo que ha resultado en una discriminación sistémica contra los hombres (4). Los autores exponen además que el ginocentrismo es una forma de esencialismo –distinto de la escolaridad o la actividad política en nombre de las mujeres- en la medida en que se centra en las virtudes innatas de las mujeres y los vicios innatos de los hombres.
Otros autores hacen la discriminación entre tipos de ginocentrismo, tales como los actos o eventos ginocéntricos individuales (por ejemplo el Día de la Madre), y el concepto más amplio de una cultura ginocéntrica, que se refiere a una colección más grande de rasgos culturales que tienen una mayor significancia en la forma en que la gente vive (6).

Historia
Los elementos de cultura ginocéntrica que existen hoy en día se derivan de prácticas que se originaron en la sociedad medieval, tales como el feudalismo, la caballería y el amor cortés, que continúan dando forma a la sociedad contemporánea en formas muy sutiles. Peter Wright se refiere a dichos patrones ginocéntricos como constituyentes de “feudalismo sexual”, como lo confirman escritoras como Lucrezia Marinella, quien en 1600 relató que las mujeres de clases socioeconómicas bajas eran tratadas como superiores por hombres que actuaban como sirvientes o bestias hechas para servirles, o por Modesta Pozzo quien en 1590 escribió:
“¿no vemos acaso que la tarea legítima de los hombres es ir a trabajar hasta el agotamiento tratando de acumular riqueza, como si fueran nuestros agentes o representantes, de tal manera que nosotras permanezcamos en casa como señoras de la heredad dirigiendo su trabajo y disfrutando de las ganancias de su labor? Esa, si lo quieren así, es la razón por la que los hombres son por naturaleza más fuerte y robustos que nosotras –ellos necesitan serlo, de tal manera que puedan soportar el pesado trabajo que deben padecer a nuestro servicio.” (7)
El ataúd dorado en la imagen de arriba muestra escenas de comportamiento servil hacia las mujeres que eran típicas de la cultura del amor cortés de la Edad Media. Dichos objetos eran regalos que los hombres daban a las mujeres buscando impresionarlas. Nótese a la mujer de pie y con las manos en la cintura en posición de autoridad, y al hombre que está siendo llevado por un cabestro, con sus manos juntas en posición de sumisión.
Es claro que mucho de lo que hoy llamamos ginocentrismo fue inventado en la Edad Media, con las prácticas culturales de la caballerosidad romántica y el amor cortés. En la Europa del siglo XII, el feudalismo servía como base de un nuevo tipo de amor en el que los hombres jugaban el papel de vasallos de las mujeres, que a su vez jugaban el papel de un Señor idealizado. C.S. Lewis, a principios del siglo XX, se refería a esta revolución histórica como “la feudalización del amor”, y declaraba que no ha dejado ni un solo rincón intacto en lo que concierne a nuestra ética, nuestra imaginación y nuestra vida diaria. (8) Lewis escribe:
“Todo el mundo ha escuchado sobre el amor cortés, y todo el mundo sabe que apareció muy repentinamente al final del siglo XI en Languedoc. El sentimiento, desde luego, es amor, pero amor de una clase altamente especializada, cuyas características podrían ser enumeradas como Humildad, Cortesía, y la Religión del Amor. El amante siempre es abyecto. La obediencia de los deseos más nimios de su señora, sin importar que caprichosos sean, y el consentimiento mudo a los reproches de ella, sin importar lo injustos que sean, son las únicas virtudes que él se atreve a reclamar. Este es un servicio de amor moldeado cuidadosamente sobre el servicio que un vasallo feudal le debe a su señor. El amante es el”hombre” de la dama. Se dirige a ella como midons, que etimológicamente representa “mi señor” y no “mi señora”. Toda la actitud ha sido descrita apropiadamente como “una feudalización del amor”. Este solemne ritual amatorio es considerado como parte esencial de la vida cortesana” (9).
Con el advenimiento de mujeres (inicialmente cortesanas) elevadas a la posición de “Señor” en las relaciones íntimas, y con este sentimiento general difundido a las masas y a lo largo del gran parte del mundo hoy en día, se justifica hablar de un complejo cultural ginocéntrico que afecta, entre otras cosas, las relaciones entre hombres y mujeres. Además, a menos de que se pueda encontrar evidencia concreta de una extendida cultura ginocéntrica en periodos anteriores a la Edad Media, entonces el ginocentrismo tiene precisamente 800 años. Para determinar si esta tesis es válida, es necesario mirar con más detalle aquello a lo que nos referimos como “ginocentrismo”.
Ginocentrismo como fenómeno cultural
El término ginocentrismo ha estado en circulación desde los años de 1800, cuya definición general es “centrarse en las mujeres; preocuparse exclusivamente por las mujeres” (10). De esta definición podemos ver que ginocentrismo puede referirse a cualquier práctica centrada en el género femenino, o a un simple acto ginocéntrico llevado a cabo por un individuo. No hay nada inherentemente malo con un acto ginocéntrico (por ejemplo, el Día de la Madre) o, en ese caso, con un acto androcéntrico (celebrar el Día del Padre). Sin embargo, cuando un acto se institucionaliza en la cultura en detrimento de otros actos, entonces estamos frente a una costumbre hegemónica –es decir, es la costumbre relacional de elevar a las mujeres al papel de Señor en relación con sus vasallos masculinos.
El autor de Teoría Ginocéntrica, Adam Kostakis, ha intentado expandir la definición de ginocentrismo para referirse al “sacrificio masculino para el beneficio de las mujeres” y “la deferencia de los hombres hacia las mujeres”, y concluye: “El ginocentrismo, ya sea que lleve el nombre de honor, nobleza, caballerosidad, o feminismo, no ha cambiado en su esencia. Continúa siendo un deber particularmente masculino el ayudar a las mujeres a subirse a los botes salvavidas, mientras los hombres se enfrentan a una muerte segura y helada” (11). Yo estoy de acuerdo con las descripciones de Kostakis de un deber masculino asumido, pero la frase “cultura ginocéntrica” transmite su intención de manera más precisa que decir solamente “ginocentrismo”. Por lo que cuando se usa la palabra sola en esta página, “ginocentrismo” se refiere a una parte de toda la cultura ginocéntricafrase que defino aquí como cualquier cultura que instituya reglas para relaciones de género que beneficien a las mujeres a expensas de los hombres a lo largo de un amplio rango de medidas.
En la base de nuestra actual forma de ginocentrismo se encuentra la práctica del sacrificio masculino forzado a beneficio de las mujeres. Si aceptamos esta definición, necesitamos mirar hacia atrás y hacer la pregunta concomitante de si los sacrificios masculinos a lo largo de la historia siempre fueron llevados a cabo por las mujeres o si, en cambio, se hicieron por alguna otra meta primaria. Por ejemplo, cuando los hombres son enviados a morir en grandes números en las guerras, ¿fue acaso por las mujeres, o fue más bien por el Hombre, Rey, y País? Si fue por lo último, entonces no podemos declarar que fue el resultado de una cultura ginocéntrica intencional, o al menos no en la manera en que lo he definido aquí. Si el sacrificio no se hace para el beneficio de las mujeres, aún si ellas son beneficiarias ocasionales de ese sacrificio masculino, entonces no se trata de ginocentrismo.
La prescindibilidad masculina estrictamente “en beneficio de las mujeres” comienza de manera notable después del advenimiento de la revolución de género del siglo XII en Europa –una revolución que nos entregó términos como galantería, caballerosidad, amor caballeresco, cortesía, romance, y otros. De ese periodo en adelante, las prácticas ginocéntricas crecieron exponencialmente, culminando en las demandas del feminismo actual. En resumen, el ginocentrismo era un fenómeno aislado en el mejor de los casos antes de la Edad Media, después de lo cual se volvió algo ubicuo.
Con todo esto en mente, no tiene mucho sentido hablar de una cultura ginocéntrica que empezó junto con la revolución industrial hace sólo 200 años (o hace 100 o incluso 30 años), o decir que ésta empezó hace ya dos millones de años, como algunos argumentan. No estamos luchando simplemente con dos millones de años de programación genética; nuestro enemigo, culturalmente construido, es mucho, mucho, más simple de señalar y de, potencialmente, revertir. Todo lo que necesitamos hacer es mirar las circunstancias bajo las cuales el ginocentrismo empezó a florecer, e intentar revertir dichas circunstancias. Específicamente, eso quiere decir rechazar las ilusiones del amor romántico (amor feudalizado), junto con las prácticas de misandria, humillación masculina y servidumbre que en definitiva lo apoyan.

La Querelle des Femmes, y la defensa de las mujeres
La Querelle des Femmes se traduce como “la controversia de las mujeres” y equivale a lo que hoy llamaríamos una guerra de géneros. La querelle comienza en la Europa del siglo XII y encuentra su culminación en la actual ideología impulsada por feministas (aunque algunos autores afirman, de manera poco convincente, que la querelle llegó a su fin en los años de 1700). El tema básico de esa controversia que ya lleva siglos giraba, y continúa haciéndolo, alrededor de la defensa de los derechos, poder y estatus de las mujeres, y por lo tanto Querelle des Femmes sirve como el título original del discurso ginocéntrico.
Si consideramos la longevidad de esta revolución, podríamos estar inclinados a coincidir con la declaración de Barbarossaaa que dice que “el feminismo es la máquina de defensa perpetua de las mujeres.”
Al ubicar los eventos anteriormente descritos en una línea de tiempo coherente, se ve que la servidumbre caballerosa hacia las mujeres fue elaborada y tuvo patrocinio bajo el reinado de Eleanor de Aquitaine (1137-1152), e instituida culturalmente a lo largo y ancho de Europa durante los 200 años siguientes. La Querelle des Femmes surgió después de arraigarse de esa manera en suelo europeo, y se refiriere a la cultura de defensa, que nació para proteger, perpetuar e incrementar el poder femenino, en relación con el masculino, que continúa hasta hoy, en una tradición ininterrumpida, en los esfuerzos del feminismo contemporáneo (12).
Los escritos de la Edad Media en adelante están llenos de testimonios de hombres intentando adaptarse a la feudalización del amor y al servicio de las mujeres, junto con la agonía emocional, la vergüenza y en algunos casos la violencia física que sufrieron en el proceso. La caballerosidad ginocéntrica y la querelle asociada no han recibido mucha elaboración en los cursos de los estudios de hombres hasta la fecha, pero con la emergencia de nuevos manuscritos y traducciones al inglés de mejor calidad, podría ser rentable iluminar este camino (13). Por ejemplo, el texto que estaba leyendo una vez más hoy, “Al Servicio de las Damas” de Ulrich Von Liechtenstein (1250) representa un tesoro escondido de las emociones a las que se enfrenta un hombre tratando de adaptarse a este papel de vasallo; textos como éste podrían ser incluidos en planes de estudios y explorados para un entendimiento más profundo de la experiencia masculina y las expectativas culturales que se imponen a los hombres.

Referencias
  1. Diccionario de Inglés Oxford – Vers.4.0 (2009), Oxford University Press, ISBN 978-0199563838
  2. Diccionario de Inglés Oxford 2010
  3. Katherine K. Young and Paul Nathanson, Legalizing Misandry, 2006 p.116
  4. Katherine K. Young and Paul Nathanson, Legalizing Misandry, 2006 p.309
  5. Katherine K. Young and Paul Nathanson, Sanctifying Misandry, 2010 p.58
  6. Wright, Peter, Gynocentrism: From Feudalism to Modern Disney Princesses, 2014 p.8
  7. Wright, Peter, ‘The sexual-relations contract,’ Capítulo 7 in Gynocentrism: From Feudalism to Modern Disney Princesses, 2014 p.28
  8. C.S. Lewis, Friendship, capítulo en The Four Loves, HarperCollins, 1960
  9. C.S. Lewis, The Allegory of Love, Oxford University Press, 1936
  10. Dictionary.com – Gynocentric
  11. Adam Kostakis, Gynocentrism Theory – (Published online, 2011). Aunque Kostakis asume que el ginocentrismo ha existido desde que se tienen registros históricos, señala en particular a la Edad Media para comentar: “Hay una continuidad considerable entre el código caballeresco de clases que surgió en la Edad Media y el feminismo moderno… Uno podría decir que son la misma entidad que ahora existe de una manera más madura –ciertamente no estamos lidiando con dos creaturas diferentes”
  12. Joan Kelly, Early Feminist Theory and the Querelle des Femmes (1982), reimpresa en Women, History and Theory, UCP (1984)
  13. El New Male Studies Journal ha publicado artículos que tratan sobre la historia y la influencia de la caballerosidad en las vidas masculinas.

martes, 28 de noviembre de 2017

Could sex robots be good for us?

In defense of sex machines
Kate Devlin.


As the robots of the future march into the present, what are the ethical implications for relationships between humans and machines? Computer scientist and artificial sexuality expert Kate Devlin considers a future taboo.

Video:

https://iai.tv/video/forbidden-futures

domingo, 15 de enero de 2017

La abstinencia sexual involuntaria puede generar depresión


Una enfermedad, la viudez, el divorcio, entre otras circunstancias, obligan a determinadas personas a vivir un celibato involuntario. Redacción Séptimo Día Por diferentes motivos —viudez, divorcio o enfermedad— las personas se ven obligadas a llevar un celibato involuntario; un ayuno sexual que puede prolongarse por meses y años. Como lo indica un estudio desarrollado por el Instituto de Urología y Sexología de Chile, la abstinencia sostenida puede evidenciar debilidades ya presentes en la personalidad de cada individuo: si tiende a despreciarse, deprimirse, emocionarse negativamente o aislarse de sí mismo, el ayuno sexual amplifica estos riesgos. 

Lo más complejo de la abstinencia es perder la cercanía física y la intimidad con la pareja. Por eso, para el médico ecuatoriano Eduardo Tigua, cuando la abstinencia no se produce por voluntad propia, las personas encuentran placer en otras actividades: práctica deportiva, estudios, turismo, reuniones sociales, entre otras. “La abstinencia no tiene por qué afectar ni en lo psicológico ni en lo físico. Aun así, cuando es forzada, porque el individuo enviudó o se divorció, puede acarrear problemas, pero no hay que olvidar que la masturbación es un sucedáneo con el que el individuo, sea hombre o mujer, alcanza placer”. Según el especialista, cuando hombres o mujeres se deprimen, el deseo sexual disminuye de manera significativa, pero no es mandatorio que las personas que enviuden dejen de tener relaciones íntimas, porque en algún momento pueden encontrar una pareja.   
¿Vivir sin sexo es posible? 
Tigua, psicólogo y psiquiatra, considera que el sexo no es necesario para sobrevivir, pero afirma que para la mayoría de las personas resulta imprescindible, porque lo asumen como un complemento a su felicidad. Si bien la viudez o la falta de pareja obligan a las personas a  interrumpir su vida sexual, también hay casos en los cuales las personas se abstienen de practicarlo, porque no les gusta su cuerpo y temen mostrarlo. Sandra M., quien pidió la reserva de su apellido, cuenta que hasta ahora ha tenido experiencias negativas durante sus relaciones sexuales y lo atribuye a su sobrepeso. “En una ocasión, la persona con la que estuve me dijo que si quería volver a estar con él tenía que preocuparme más por mi figura”. Hay especialistas —como la española 

Rosa Sanz— que aseguran que la autoestima y el estado anímico también se ven afectados cuando la persona no alcanza el bienestar sexual. Si bien el celibato involuntario no afecta a todas las personas de la misma forma, es probable que tenga un efecto visible en el día a día, porque —según Sanz— el sexo ayuda a las personas a desahogarse. Hay investigaciones que sostienen que quienes no lo practican durante tiempos prolongados sufren más problemas para enfrentarse a situaciones estresantes. “La falta de sexo genera sensación de culpa y disminuye los niveles de oxitocina y otras hormonas relacionadas con los sentimientos de unión y felicidad con los demás”, advierte una investigación desarrollada por el Centro de Salud Sexual de la Sociedad Española de Médicos. “Lo que está claro en la práctica clínica es que esa carencia repercute en la salud de quienes desean mantener relaciones sexuales, pero no pueden tenerlas”, detalla el estudio. 


La guayaquileña Beatriz Gómez Sarmiento, psicóloga especializada en temas de sexualidad, dice que cuando las personas no tienen pareja por un largo período y no la encuentran, se ven obligadas a llevar un ayuno sexual involuntario que puede desencadenar en frustración. “Incluso hay personas que se cuestionan sobre si la razón de no tener pareja es porque no son atractivas, entonces su autoestima disminuye”. Gómez destaca los beneficios de tener una relación sexual activa y satisfactoria: “Las relaciones íntimas disminuyen el estrés, relajan y, por supuesto, unen más a la pareja, porque mediante ellas los individuos expresan con su cuerpo lo que sienten por su pareja”. (I) Datos Según un estudio de  neuropsicología del Hospital Real de Edimburgo, tener relaciones sexuales tres veces por semana ayuda a rejuvenecer dándole a la persona la apariencia de tener entre 7 y 12 años menos. La abstinencia es definida por los sexólogos como la “no utilización de los genitales para la actividad sexual”. La abstinencia sostenida puede evidenciar debilidades ya presentes en la personalidad de cada individuo. (I)

viernes, 13 de enero de 2017

Dyon, asistente sexual de discapacitadas


Dyon en su casa de El Born (Barcelona) JORDI SOTERAS

Una embolia le cambió la vida, y por eso ahora su labor es dar placer sexual.
"Algunas discapacitadas han llegado a pagarme con poemas"
"Tenemos fases. Hay un 'café de expectativas'... marcamos los límites. Es cuando decide si desea penetración"


Dimitri abre los ojos y mira aquellos cuerpos, por primera vez, sin compasión. "Nunca". Lo hace con curiosidad. Queriendo descubrir una anatomía distinta, especial. Almas que desean ser tocadas por primera vez. Son María, Inmaculada, Carmen, Teresa... Ellas se han pasado media vida sin experimentar la caricia erótica de un hombre. Dimitri Zorzos, cuando ejerce Dyon Baco, es el primer asistente sexual de discapacitadas de España. Con 37 años, lleva desde el año 2011 aprendiendo para este puesto. Desvela su nombre real. Da la cara. "No tengo nada que esconder. Si tengo que mostrarme y luchar por esta causa, lo haré". Lo hace por normalizar la figura del asistente sexual. De su trabajo. Dimitri es hombre de mirada abierta. De apenas parpadear.
Dimitri nació en Atenas en 1979. "A los 15 años mi vida cambió. Leí el reportaje de una asistenta sexual en Francia y me dije, "si fuera mujer lo haría". Y me quedé con la idea desde entonces". Muchas cosas cambiaron en su vida. Su familia tenía una imprenta y a eso se dedicó durante un tiempo. Así, entre planchas y tinta, decidió que nada de eso era lo suyo. "Fui detrás de una chica que vivía en Barcelona. Esa fue la excusa para dejarlo todo y cambiar".
Lo que hizo después fue cambiar vidas. Un testimonio. La primera experiencia con una discapacitada fue así. Lo cuenta ella:
"Llego. Me bajan del tren con la plataforma para sillas de ruedas y, como siempre, alucinan cuando les digo que no me espera nadie y que me voy para el metro. Estoy muy muy nerviosa. Tengo una sesión con Dyon. No tengo claro en qué va a consistir, aunque parece que mi cuerpo intuye algo... o quizá sólo incertidumbre. Contacté con él hace año y medio a través de una mujer a la que acudí en busca de asistentes sexuales para personas con discapacidad. Ella me dijo que no conocía a ninguno -sí a asistentes mujeres- pero me dio el Facebook de Dyon..."
-¿Necesitas ayuda para desvestirte? -me preguntó.
-No.
-Ok, pues toma este pareo para ponerte luego.
-¿Me dejo la braguita o algo?
-No -me dice su voz y mirada dulce, y sale de la habitación...
"Me pregunta si he tenido relaciones sexuales y me indica brevemente que cualquier cosa que me incomode, se lo diga... Mantén los ojos cerrados. Comenzamos. Respiramos... No es una herramienta para mí. Y me indica que me tumbe. Masaje boca arriba, boca abajo... El pareo iba y venía... Con el aceite al fin silencio. Sensaciones. Placer. Y me dejo llevar. Abro los ojos, comienzo a acariciarle. Tanteando. Tímida a la vez que atrevida. Sin pensar. Sólo sintiendo. Poco después llega el masaje genital... Jamás había experimentado algo así. Y nos envuelve el respeto. Nos sobrepasa... De repente otro "cierra los ojos". Suspiro. Me acuna la paz. Nos sentamos y él me habla. Yo apenas puedo articular. Me dice que tengo suerte de poder disfrutar así de la sexualidad porque mucha gente sin "discapacidad" no puede. Me dice que soy bella. Me dice que tengo una parte muy primitiva. Lo noto y me noto con una alegría desbordante. Estoy eufórica. No recuerdo semejante descarga de endorfinas. Mi silla corre y corre por la gran ciudad. Y yo lloro y lloro por la gran ciudad".
Este es el relato de la primera vez que Dyon/Dimitri cambió la vida de una chica discapacitada. En sus propias palabras. Ocurrió en 2010. Para ella fue volver a sentir. O sentir por vez primera. Un descubrimiento. Lo fue también para el propio Dimitri en todos los sentidos. De eso se trata esto, de sentir. Él llegó a la Ciudad Condal en 2004. "A buscarme la vida, aprender el idioma, ni siquiera me quedé con quien vine a buscar. Ella se asustó. Tenía ahorros y seguí". Fue cocinero en un par de locales, uno de ellos llamado La Llorona, hasta mayo de 2006. Ese mismo año pasó a trabajar en Citibank. "Como especialista en prevención de fraudes de tarjetas de crédito. Hasta eso hice", cuenta al reportero. Todo iba en una dirección. Hasta que le ocurrió una tragedia. De esas aleccionadoras.
-¿Qué sucedió?
-En un momento en 2007, me dio una embolia, en el hemisferio derecho del cerebro. La mitad del cuerpo, mi lado izquierdo, se quedó paralizado. Perdí el control del movimiento. Me convertí en hemipléjico.
-¿Cuánto tiempo?
-Por dos meses.
-¿Aprendió?
-Conocí la frustración. Lo fácil que es perderlo todo. Ni siquiera beber agua. No tenía equilibrio. Tuve que reeducarme de cero.
-Convivió con otros discapacitados. ¿Fue su primera relación cercana con ellos? ¿conocer su carencia de sexo?
-En mi barrio había un hombre que tenía discapacidad. Pero me sorprendía que le trataban como a un niño. Yo lo veía como adulto. Le habían salido hasta canas y le trataban como si fuera pequeño. Me era incomprensible.
-A los 15 años leyó un escrito que descubrió su vocación...
-Era un texto sobre una asistenta sexual francesa que lo hacía para pagar sus estudios. Me emocionó. Decía que no era sólo una prueba para los que piden el servicio, también ella descubría, con cuerpos diferentes, otras sensibilidades... Supe que lo que hacemos traspasa los límites del derecho humano.
Un año después de que Crónica realizara la entrevista con Montse Neira, la primera asistente sexual de discapacitados en España, en 2010, Dimitri se unió a un equipo que quería crear un grupo que siguiera los pasos de la precursora de esta clase de servicios. "Lo lideraba la sexóloga argentina Silvina Peirano, así comencé. Había varias chicas. Pero yo fui el primer hombre de ese grupo, después llegaron otros que se unían y lo dejaban. No es nada sencillo". Así nació Dyon Baco, su alter ego.
Con ese pseudónimo, no con su nombre real, aparece en el magnífico documental Jo també vull sexe!, del programa Sense Ficció de TV3, estrenado semanas atrás y firmado por Montse Armengou y Ricard Belis, sobre la realidad de este tipo de asistencia en nuestro país. En este aparece Inmaculada Hernández. En silla de ruedas. Luce una camiseta en la que se lee Rock Chic. Tiene el pelo rubio, corto, está radiante. Recorren el viaje en tren con ella hasta que se encuentra con Dyon. Su llegada al hotel. Él besándole los pies. Cargándola y ella acurrucada en su hombro. Más besos. Ahora en la boca.
"Esto es como cuando vas al médico para que te arregle la boca. Pagas. Yo tengo que pagar para que toquen mi cuerpo. Le pago a alguien que me lo toca de maravilla", dice a cámara Inmaculada. "Con 40 años me pagaron un gigoló mis amigos y no tiene nada que ver. Te folla, se viste y se va. Es distinto", lo dice orgullosa de su decisión. Del cambio que significó la llegada de Dimitri en su vida.
Para el griego también lo fue. Completa la historia, lo que no se ve en pantalla. "Lleva tiempo esa transformación. La tenías que ver antes. La primera vez me asusté mucho. Ella llevaba el pelo gris. Ella era muy gris. Sin color. Me ha dicho que sus informes médicos incluso han mejorado. En una revisión, el doctor, tras comenzar los acompañamientos, le quitó tres fármacos. Ella no podía aguantar las lágrimas".
"¡Tengo ganas de vivir!", soltó Inmaculada, quien padece una parálisis cerebral de nacimiento. Ya en los 50, ella vive en una residencia sola, en Girona. "Ella misma consigue un hotel, casi siempre al lado de la estación de tren donde nos encontramos. Es parte de todo lo que aprenden. A ser independientes, a currárselo", comenta Dyon. "El paso siguiente es que aprendan a enamorar y que se quieran".
-¿Hay un proceso definido entonces?
-Tenemos fases. Hay un café de expectativas. Donde conversamos, nos conocemos, marcamos los límites. Es el momento en que se decide si, por ejemplo, desea una penetración. Y el otro dice sí o no. Así el día del encuentro lo tenemos pactado. Conversamos y dejamos claro que esto no es para enamorarse. Esto se hace muy detenidamente. Buscamos que tenga la misma seriedad que con un psicólogo o con un fisioterapeuta. La idea es que podemos tratar su sexualidad. Lo que en la práctica les da la libertad. Ellas, la mayoría de las veces, sólo quieren que las traten como adultos.
Para Dimitri Zorzos todo ha sido un largo proceso también hasta volcarse en exclusiva a asistente sexual. Después de la parálisis, se dedicó al masaje tántrico. Ha sido camarero, guía en excursiones turísticas, hasta conductor de bicitaxis... Ha ido y vuelto entre Barcelona y Santorini, la isla donde nacieron sus padres, hasta decidirse a radicar en España. "Ahora con un proyecto relacionado con la asistencia sexual terapeútica en Valencia también". Se muda allí para llevar a cabo un nuevo proyecto: Sexualidad Funcional, donde -entre otras cosas- va a contar sus experiencias y preparar a otros asistentes.
Su caso pone sobre la mesa la asistencia sexual. Ya se ha avanzado en el terreno masculino. Menos en el femenino. Y eso que las mujeres son el 60% de la población con discapacidad en España, que se estima en casi cuatro millones, según el Observatorio Estatal de la Discapacidad. Por ende, son 2,4 millones. "No hay datos oficiales de cuántas de ellas requieren este servicio porque es imposible saber cuántas pueden necesitar asistencia sexual", aseguran fuentes del sector de la discapacidad. Lo cierto es que se puede hablar de decenas de miles. Dimitri aspira a que cualquiera de ellas pueda acceder a su ayuda. Y deja claro: "Yo no soy un gigoló, soy un trabajador sexual".
-¿Cuánto cobra?
-Son 75 euros. Cierto tipo de experiencias más extensas pueden alcanzar los 200. Pero dada la situación económica y si no tienen capacidad financiera, puedo aceptar que me paguen una parte en metálico y otra con un intercambio. Ellas pueden pensar y ser creativas. Sé que es una necesidad. Y yo soy muy comprensivo. Han llegado a pagarme con poemas.
Como éste: "Aguas extensas y verdes/ Dos más dos son cuatro./ Uno más uno son dos./ Me he hecho una mujer en tu gran océano donde nado libre y amorosamente./ He crecido por nacer en tus aguas donde juego y vivo un recreo feliz./ Mi Farol, mi puerto, mi cobijo./ Mis momentos de reír./ Hay motivos para loas./ Yo siempre era un café./ Ahora que me has endulzado, creo tener un por qué...".
En total, unos ocho servicios al mes. Completa sus ingresos con terapias, masajes y talleres. "No se puede vivir solamente de los acompañamientos. A los acompañantes que formo procuro enseñarles que tengan otras fuentes de ingreso. No queremos que sea así para no crear dependencia económica".
-¿Corta alguna vez la relación con sus clientas?
-Cuando siento que están intentando ligar conmigo. Trato por eso de que los acompañamientos sean espaciados. No más de dos veces al mes.
-¿El peor momento?
-Me pasó con una chavala que era joven: 28 años. No tenía experiencias. Quería encuentros cada vez más a menudo. Le dije que a lo mejor necesitaba otro acompañante... Ella se lo tomó mal. Me tiró los billetes en la cara como diciéndome "esto es lo único que te interesa". Me afectó mucho.
-¿Alguna vez ha fallado en su misión amatoria? Puede ser muy hiriente...
-No todo es penetración. Sabemos que el miembro tiene vida propia. Pero hay más factores. Y no todo es la genitalidad. Aunque con mi experiencia, con disciplina tántrica, puedo mantener la erección con control mental, no intento hacerlo así mucho. Quiero que salga naturalmente. Lo otro sería mentir.
-¿Se ha sentido encandilado por alguien siendo asistente sexual?
-Hay una persona. Es un caso diferente. En la mayoría de los casos, yo enseño, descubro la sexualidad de ellas. Esta es una mujer bellísima e interesante de unos 40 ahora. Padece una enfermedad degenerativa. Ella ha vivido una vida normal, ha tenido relaciones. Puede hoy ir a una disco y ligar sin problema. Va perdiendo el movimiento y el habla, pero sigue siendo muy atractiva. Y me ha elegido a mí para su proceso. "Hasta que la muerte nos separe", me ha dicho.
[Dimitri hace una pausa. Parece tragar saliva. Comenta que ya hay dos o tres parejas constituidas entre asistentes sexuales y quienes requerían sus servicios. Hay un matrimonio incluso].
-¿Se ha podido enamorar de ella?
-Sí.