domingo, 8 de enero de 2012

Países desarrollados en vías de subdesarrollo.

Una parte importante de la sociedad de la Unión Europea y los Estados Unidos parece estar caminando inevitablemente hacia el subdesarrollo.
Este duro paso no se dio de la noche a la mañana y al parecer comenzó cuando se dio un cambio de lógica en el modelo que debía impulsar el progreso de las naciones. Para esto, recordemos que a mediados del siglo veinte muchas naciones del norte lograron los mas altos niveles de desarrollo humano en las sociedad occidental y para alcanzar este fin las estrategias fueron variadas, pero destacan el exitoso Plan Marshall en Europa y una coherente doctrina social y económica conocida como el "New Deal“ aplicada por el presidente Franklin D. Roosevelt. No está de más mencionar que los frutos de estos visionarios planes se cosecharon décadas después de su implementación.
Hoy en día, cosechamos lo que se sembró y se siguió sembrando en el pasado y el fruto de esta siembra tiene un sabor tóxico. ¿La semilla de este fruto?: La filosofía económica neoliberal que se empezó a implementar en la era posterior a la caída del muro de Berlín.
Esta filosofía económica promueve entre sus otros grandes enunciados una mezcla de liberación de la economía financiera y un mercado libre sin límites aparentes.
Al inicio de esa era, muchas de estas recetas parecieron funcionar y es indudable que esto generó un gran impulso en estas sociedades, pero su efecto a el largo plazo, estaba aún por verse. Entre sus éxitos a corto plazo podemos nombrar: crecimiento acelerado del producto interno bruto de los países, incremento de la inversión, creación de empleo, acceso masivo al crédito , etc. Pero mientras esto sucedía, se comenzó a trasladar la manufactura y producción hacia otros países y la economía de producción se vio fuertemente terciarizada. Despertaban los gigantes asiáticos y empezaba el desempleo masivo en occidente.
En los países desarrollados esta situación pudo sostenerse durante algunos años, ya que entre otras estrategias algunos países lograron sostener su economía de forma ficticia gracias a un mercado financiero especulativo y fácil acceso al crédito de bajo interés.
Se esperaba entonces que, como había sucedido en el pasado, el acceso al crédito de bajo interés lograra reactivar la economía real, pero ya era muy tarde. Muchos países asiáticos habían alcanzado el umbral tecnológico-productivo y no era negocio invertir en infraestructura en países que producirían el mismo bien a un mayor precio. Por lo general, era mejor negocio invertir en países subdesarrollados y en mecanismos no productivos que permitían mayor ganancia a corto plazo. Un buen ejemplo de esta situación fue el descontrolado mercado financiero e inmobiliario de España y Estados Unidos y la recolocación del mercado laboral norteamericano en países de Asia.
Después de esta situación, nos encontramos con una gran incógnita: ¿Salvarán a estos países en crisis mas recetas bancaria y financieras neoliberales? Para la mayoría de las personas esto es algo poco probable.
Ante esto, las mencionadas sociedades tienen de contestar una importante interrogante: ¿Como podrá renacer el bienestar y el desarrollo por medio de los recortes fiscales y las recetas de tecnócratas del Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal o el Banco Central Europeo?
La respuesta es sencilla: A corto plazo no habrá casi desarrollo de las sociedades que cayeron en esta receta. El decrecimiento económico a corto plazo es el destino casi inevitable. Hay que considerar que en estas sociedades los lobbies corporativos y financieros ejercen una presión política considerable
El conocido economista Paul Krugman escribe sobre esta situación en su articulo del New York Times Keynes tenia razón“(1). En el que queda demostrado históricamente y hasta la saciedad que: "La expansión (de los mercados), no la recesión, es el momento idóneo para la austeridad fiscal". (John Maynard Keynes en 1937).
Pero los países hoy en crisis cayeron en el error de reducir la austeridad fiscal en el momento de la expansión. Los banqueros preveían el desenlace: Las masas tendrían que pagar su irresponsable fiesta.  A los recortes fiscales hoy se les llaman “ajustes técnicos”, un calificativo fuera de contexto.
A pesar de esta situación hay algo de esperanza. Países progresistas como Islandia han logrado en el ultimo año un considerable crecimiento poniendo la casa en orden y creando leyes donde se hace hincapié en la responsabilidad posterior que deben tener los banqueros y políticos, es decir si estos crean una política de estado fallida y después asumen que el pueblo las pagará, ellos recibirán multas y en algunos casos sus bienes personales podría ser confiscados. El Brasil de Lula da Silva legisló una política progresista en materia económica y este país con su presidenta actual, Dilma Rousseff continúa cosechando un considerable desarrollo humano. También otros países de Sudamérica, los cuales experimentaron con estos recortes fiscales sin ningún éxito en la década de los ochentas y noventas, actualmente aplican a recetas más soberanas y con esto y otras medidas han logrado interesantes incrementos en el desarrollo humano.
El desarrollo en Occidente, observado desde un punto de vista coherente con los tiempos que vivimos, no es solo el éxito de los mercados financieros, es un conjunto de niveles alcanzados y mantenidos donde se mezclan todos los participantes de una sociedad. En este se miden valores menos cuantificables como la felicidad, la salud física y mental, el mantenimiento del medio ambiente, la creación de oportunidades laborales dignas, el desarrollo de las infinitas potencialidades humanas, la creación una base social, ambiental y económica que garantice el presente y el futuro de las generaciones, entre muchos otros factores.
La solución a la crisis occidental se puede encontrar en la historia, en una nueva moral, en la responsabilidad social compartida, en la ciencia y tecnología así como en una visión de progreso acorde a la cantidad de humanos que vivimos en el planeta tierra. La economía real y financiera debe ser replanteada de una forma mucho menos centralista y mercantilista; y esto podría formar parte de una estrategia que se podría utilizar después de esta fiesta financiera Europea- Estadounidense. Cabe recalcar que las nuevas ideas y formas de articular la sociedad no pueden seguir representadas por gobernantes conservadores con un poder financiero gigantesco (creado gracias a las sociedades) y un estatus moral cuestionable.
La historia y sus lecciones son evidentes.
Si revisamos los medios de comunicación observaremos noticias acerca de los indignados del Mundo Occidental. Estos indignados suelen ser adultos jóvenes en su mayoría profesionales y sin oportunidades, esperando y presionando para que reaccione una generación con filosofías de progreso fosilizadas.
Ante esto recordemos una frase de los indignados que puede aplicarse a la compleja situación actual: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir“.
Lcdo. Xavier Tanner
Ensalada Filosófica. (Blog: ensaladafilosofica.blogspot.com)
@ensaladafilosfi (en twitter)




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