domingo, 24 de abril de 2016
1990 ES UNA REFERENCIA CLAVE PARA ENTENDER LOS PROCESOS DE CAMBIO ARQUITECTÓNICO OCURRIDOS HASTA LA ACTUALIDAD
Períodos de la arquitectura porteña Un intento de periodización en la historia de la arquitectura porteña es la que hace Florencio Compte Guerrero. Foto: Ilustración/El Telégrafo
Se han planteado lecturas que se centran principalmente en los estilos arquitectónicos occidentales que se impusieron, sobre todo, desde el impacto de la modernidad sociocultural. Ángel Emilio Hidalgo, Historiador La periodización es una de las operaciones más importantes que realizan los historiadores y comprende la identificación de los procesos, así como el establecimiento de hitos que marcan segmentos y límites temporales. En lo que respecta a la periodización de la historia de la arquitectura de Guayaquil, se han planteado lecturas que se centran principalmente en los estilos arquitectónicos occidentales que se impusieron, sobre todo, desde el impacto de la modernidad sociocultural en nuestro medio, a partir del siglo XIX. Cabe aclarar que los contados trabajos de historia de la arquitectura en Ecuador -y particularmente en Guayaquil- no reparan lo suficiente en la problemática de la periodización, a pesar de su importancia en la configuración de conocimiento del pasado.
Sin embargo, un intento de periodización en la historia de la arquitectura porteña es la que hace Florencio Compte Guerrero, en el libro Arquitectos de Guayaquil [1]: Conformación de la ciudad y su arquitectura (1547-1800); el siglo de la modernización (1800-1896); reconstrucción de la ciudad y continuidad de la arquitectura tradicional (1897-1915); el Academicismo (1916-1929); el antiacademicismo y los inicios de la arquitectura moderna (1931-1949), y consolidación del movimiento moderno (1950-1970). Los dos primeros períodos corresponden a la arquitectura vernácula; es decir, desde la época de la Colonia hasta 1896, año del ‘Incendio Grande’, trágico acontecimiento que cambió para siempre la faz de la ciudad.
Según Compte, este proceso se aceleró en la etapa comprendida entre 1760-1800, correspondiente a las reformas borbónicas, cuando la corona española cargó mayores impuestos a sus colonias, a la par que invirtió en obras de infraestructura. En el tercer período se observa la permanencia de la arquitectura vernácula y tradicional, a pesar de los estragos que dejó el incendio, junto a la necesidad de modificar los parámetros de construcción y el tipo de material utilizado -el Cabildo dispuso no construir con madera y caña, por su carácter altamente combustible, pero esto no se cumplió-. Al mismo tiempo, se incluyeron nuevos materiales y modelos provenientes de Europa. El cuarto y el quinto períodos se relacionan con la recepción de los estilos arquitectónicos europeos en nuestro medio, proceso que coincide con la última etapa del auge cacaotero y la crisis económica de los años veinte y treinta. Finalmente, el sexto período incluye una etapa de acelerado crecimiento urbanístico y construcción de barrios residenciales, en el contexto del ‘boom bananero’ que implicó la reconstitución de la agroexportación en Ecuador.
En términos generales, la periodización propuesta por Compte es pertinente, aunque falta llenar vacíos históricos en la etapa posterior a 1970, cuyas características urbanísticas y arquitectónicas todavía no han sido adecuadamente sistematizadas. Por otra parte, la geógrafa Marie S. Bock, en su obra Guayaquil: arquitectura, espacio y sociedad, 1900-1940, identifica un período de transición (1900-1940)[2], el cual “corresponde al final de la fase de prosperidad cacaotera en la Costa ecuatoriana”[3]. La tesis de Bock se fundamenta, entre otras razones, en que “esta época corresponde a la creación de tipos arquitecturales ligados a las funciones económicas en general, y comerciales en particular, reflejo de la clase social dominante de la época: la burguesía agroexportadora”[4]. En cualquier caso, falta cerrar esta periodización y aquí proponemos que 1990 es una referencia clave para entender los procesos de cambio arquitectónico ocurridos hasta la actualidad, pues, como acertadamente sostiene Fernando Carrión, desde fines de los años ochenta e inicios de los noventa, Guayaquil “constituye un modelo hegemónico de modernización de su municipio” y “logra insertarse, posicionarse de manera importante dentro del sistema urbano nacional, lo mismo que ocurrió con Quito en la década de los años setenta en la época de la producción petrolera”[5].
(I) 1 Florencio Compte Guerrero, Arquitectos de Guayaquil, Guayaquil, Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, 2007. 2 Marie S. Bock, Guayaquil: arquitectura, espacio y sociedad, 1900-1940, Quito, Corporación Editora Nacional/ Instituto Francés de Estudios Andinos, 1992. 3 Ibídem, p. 11. 4 Ibídem, p. 11. 5 Fernando Carrión Mena, Ciudad, memoria y proyecto, Quito, OLACCHI/ Municipio Metropolitano de Quito, 2010, p. 87. En el tercer período se observa la permanencia de la arquitectura vernácula y tradicional.
Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/guayaquil/10/periodos-de-la-arquitectura-portena
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domingo, 17 de abril de 2016
People with anxiety show fundamental differences in perception
CELL PRESS
People with anxiety fundamentally perceive the world differently, according to a study reported in the Cell Press journal Current Biology on March 3. They aren't simply making the choice to "play it safe."
The new study shows that people diagnosed with anxiety are less able to distinguish between a neutral, "safe" stimulus (in this case, the sound of a tone) and one that was earlier associated with the threat of money loss or gain. In other words, when it comes to emotional experiences, they show a behavioral phenomenon known as over-generalization, the researchers say.
"We show that in patients with anxiety, emotional experience induces plasticity in brain circuits that lasts after the experience is over," says Rony Paz of Weizmann Institute of Science in Israel. "Such plastic changes occur in primary circuits that later mediate the response to new stimuli, resulting in an inability to discriminate between the originally experienced stimulus and a new similar stimulus. Therefore, anxiety patients respond emotionally to such new stimuli as well, resulting in anxiety even in apparently irrelevant new situations. Importantly, they cannot control this, as it is a perceptual inability to discriminate."
In the study, Paz and his colleagues trained people with anxiety to associate three distinct tones with one of three outcomes: money loss, money gain, or no consequence. In the next phase, study participants were presented with one of 15 tones and were asked whether they'd heard the tone before in training or not. If they were right, they were rewarded with money.
The best strategy was not to mistake (or over-generalize) a new tone for one they'd heard in the training phase. But the researchers found that people with anxiety were more likely than healthy controls to think that a new tone was actually one of the tones they'd heard earlier. That is, they were more likely to mistakenly associate a new tone with money loss or gain. Those differences weren't explained by differences in participants' hearing or learning abilities. They simply perceived the sounds that were earlier linked to an emotional experience differently.
Functional magnetic resonance images (fMRIs) of the brains of people with anxiety versus healthy controls showed differences in brain responses, too. Those differences were mainly found in the amygdala, a brain region related to fear and anxiety, and also in primary sensory regions of the brain. These results strengthen the idea that emotional experiences induce changes in sensory representations in anxiety patients' brains.
The findings might help to explain why some people are more prone to anxiety than others, although the underlying brain plasticity that leads to anxiety isn't in itself "bad," Paz says.
"Anxiety traits can be completely normal, and even beneficial evolutionarily. Yet an emotional event, even minor sometimes, can induce brain changes that might lead to full-blown anxiety," he says.
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This work was supported by I-CORE, ISF, EP7 human brain project, and Minerva-Foundation grants.
Current Biology, Laufer et al.: "Behavioral and Neural Mechanisms of Overgeneralization in Anxiety" http://dx. doi. org/ 10. 1016/ j. cub. 2016. 01. 023
Current Biology (@CurrentBiology), published by Cell Press, is a bimonthly journal that features papers across all areas of biology. Current Biology strives to foster communication across fields of biology, both by publishing important findings of general interest and through highly accessible front matter for non-specialists. For more information please visit http://www. cell. com/ current-biology. To receive Cell Press media alerts, contact press@cell.com.
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sábado, 16 de abril de 2016
Sociólogo Zygmunt Bauman: “El conflicto ya no es entre clases, sino el de cada persona con la sociedad”
“Lo que está pasando ahora, lo que podemos llamar la crisis de la democracia, es el colapso de la confianza (…) La cuestión es que ese matrimonio entre poder y política en manos del Estado-nación se ha terminado. El poder se ha globalizado pero las políticas son tan locales como antes. La política tiene las manos cortadas. La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas. Es lo que está poniendo de manifiesto, por ejemplo, la crisis de la migración. El fenómeno es global, pero actuamos en términos parroquianos”, asegura.
El ensayista, sociólogo y filósofo de origen polaco, Zygmunt Bauman, analiza en entrevista con el diario El País de España el actual escenario por el que atraviesa la civilización, angustiada por un fiebre consumista, la desigualdad, y un descrédito en la democracia.
“Lo que está pasando ahora, lo que podemos llamar la crisis de la democracia, es el colapso de la confianza (…) La cuestión es que ese matrimonio entre poder y política en manos del Estado-nación se ha terminado. El poder se ha globalizado pero las políticas son tan locales como antes. La política tiene las manos cortadas. La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas. Es lo que está poniendo de manifiesto, por ejemplo, la crisis de la migración. El fenómeno es global, pero actuamos en términos parroquianos”, asegura.
Bauman también se refiere a la disociación o inevitable péndulo entre libertad y seguridad. “Son dos valores tremendamente difíciles de conciliar. Si tienes más seguridad tienes que renunciar a cierta libertad, si quieres más libertad tienes que renunciar a seguridad. Ese dilema va a continuar para siempre”.
Según afirma, “hace 40 años creímos que había triunfado la libertad y estábamos en una orgía consumista. Todo parecía posible mediante el crédito: que quieres una casa, un coche… ya lo pagarás después. Ha sido un despertar muy amargo el de 2008, cuando se acabó el crédito fácil. La catástrofe que vino, el colapso social, fue para la clase media, que fue arrastrada rápidamente a lo que llamamosprecariado. La categoría de los que viven en una precariedad continuada: no saber si su empresa se va a fusionar o la va a comprar otra y se van a ir al paro, no saber si lo que ha costado tanto esfuerzo les pertenece… El conflicto, el antagonismo, ya no es entre clases, sino el de cada persona con la sociedad”.
Se le pregunta si es que acaso aquello que prometía ser un futuro mejor con el advenimiento del progreso es un mito.
Al respecto, explica: “Estamos en un estado de interregno, entre una etapa en que teníamos certezas y otra en que la vieja forma de actuar ya no funciona. No sabemos qué va a reemplazar esto. Las certezas han sido abolidas. No soy capaz de hacer de profeta. Estamos experimentando con nuevas formas de hacer cosas”.
“El español en América Latina es más suave y armonioso”
De paso por Quito hacia Loja, Darío Villanueva, director de la Real Academia Española de la Lengua, conversó con Diario EXPRESO sobre la utilización política de la lengua.
¿Es verdad que se considera al español de Bolivia como el mejor de Latinoamérica?
Los españoles no somos quiénes para decidir quién habla mejor el idioma, solo somos el 9 % de los hablantes de la lengua. El español no es una lengua que tenga un centro y el resto de países sea la periferia. El español es una lengua multicéntrica, tiene muchos centros, está muy dispersa. Prefiero hablar de las personas, quienes hablan mejor que otros. Lo que sí ocurre es que, a veces, los españoles quedamos favorablemente impresionados por lo bien que se habla en América Latina. En España no hay el mismo nivel de elegancia y musicalidad.
¿Qué quiere decir con la musicalidad de la lengua?
El español de los latinos es más suave, más armonioso que el acento de la península Ibérica, aunque también tenemos diversidad. La gente lo comenta en la calle cuando se ven entrevistas de gente del pueblo. La manera que se expresan nos encanta a todos por su musicalidad, claridad y elegancia.
En Ecuador se usa la feminización para incluir a las mujeres. Por ejemplo, los y las jóvenes. La Real Academia de la Lengua tiene una discusión epistemológica, histórica, semántica y de género sobre el tema. ¿Cómo mira usted eso?
Una cosa es el lenguaje sexista y otra la gramática. El lenguaje sexista existe y utiliza expresiones desagradables y peyorativas para referirse al sexo femenino. La mayoría de los casos de sexismo coincide con el machismo. Esas palabras están en el diccionario porque hay gente que las usa. Pero nosotros no aconsejamos ni promovemos. Eso depende de la conducta lingüística de cada cual y de su educación. Es decir, mientras haya nombre de actitud machista, habrá expresiones lingüísticas machistas.
El masculino de jirafas sería jirafos, según ese criterio, pero esa palabra no existe. ¿Incorporar el femenino y el masculino es inclusivo?
Otra cosa es la gramática y esta estructura no puede ser alterada. En España, por ejemplo, hubo un gran revuelo porque una ministra dijo “miembros y miembras”. Esto es innecesario y, además, abre un camino que nos puede llevar a un precipicio porque si a los hombres los llamamos miembros y a las mujeres miembras, a los brazos les decimos miembros, y a la piernas les decimos miembras, porque son femeninas, ¿no? Se crearía un caos interno en la estructura gramatical del idioma, que no podemos aceptar y debemos denunciar. Hay un idioma en el cual el género femenino es el inclusivo. Cuando se quiere referir a un grupo se dice las abogadas, eso incluye los abogados. En cambio, en nuestro idioma el masculino es un género inclusivo, por lo tanto los dobletes son innecesarios, aunque hay normas de cortesía, por ejemplo, un conferencista dice: señoras y señores. Pero, sistemáticamente, hacer doblete, de los y las, en todas las expresiones produce una práctica imposible, no se puede mantener la coherencia total. No siempre hay que mirar esa polarización como discriminatoria.
La utilización de los eufemismos cae en el campo político. Por ejemplo, PPL (personas privadas de libertad) en lugar de decir detenidos. O centros de ‘rehabilitación social’ en reemplazo de cárceles; ‘académicamente’, para decir correcto. O ‘empleo inadecuado’, para significar el desempleo. ¿Qué opinión tiene sobre esto?
Es un mecanismo que ha existido siempre porque las palabras que designan realidades desagradables se contaminan de esa realidad que viven. En consecuencia, se gastan pronto y deben ser sustituidas por otras. Todo lo que tiene que ver con el cuerpo y la fisiología tiene elementos desagradables. De ahí que ese eufemismo continuo también afecta a lo que usted dice. Es un mecanismo lingüístico universal y una sustitución continua de las palabras porque se van desgastando. Pero es una cadena sin fin, cualquier palabra que se quede para sustituir a otra caerá en la misma trampa.
Pero también está el lenguaje políticamente correcto, que maquilla la realidad.
Parece como si no se pudiera llamar a las cosas por su nombre y hay que censurar el idioma. Sin embargo, el diccionario debe recoger las palabras bonitas y las que no lo son. Nos enamoramos de las palabras o congratulamos a los demás. Pero también insultamos, no solo podemos hacer un diccionario de términos felices, sino debemos recoger las palabras que se usan para lo malo. La corrección política tiene la tendencia a suprimir palabras y eso es muy peligroso. Es difuso, viene de alguna autoridad civil que intenta no decir lo que ocurre. En España hay una organización de enfermos de cáncer, que no quiso suprimir esa palabra. El cáncer tiene cuatro acepciones: el signo del zodiaco; la displasia, el tumor completo; y la última es cualquier desorden que afecta a la gente. Por corrección política, esas organizaciones querían quitar esa palabra porque era ofensiva para los enfermos de cáncer. Pero eso no se puede hacer ni es aceptable. La corrupción es el cáncer de la política, por ejemplo. Nadie tiene la autoridad para decir que no se usen esas palabras.
¿Si le digo la palabra ‘socialización’ en qué piensa usted?
El lenguaje nos permite convencerlos o no. Y la lengua es el instrumento más poderoso de la socialización. Esto se usa en el sentido de relacionarse, significa convertirse en un ser social, que no vive aislado, sino que está en comunicación con quien lo rodea. Para ellos, el manejo de la lengua y cómo la utilizamos, hay que saber hablar y escuchar. También saber usar las palabras.
¿Qué recomendación daría a los políticos?
Dos. La primera, que comprendan y hagan todo lo que está en sus manos para que los sistemas educativos y la enseñanza de la lengua sean una prioridad. Y, la segunda, que el uso de su lenguaje debe buscar la claridad y la corrección. Que procuren no usar eufemismos o circunloquios o perifrases, que digan las cosas lisas y claras, de ese modo no engañarán a la gente.
jueves, 14 de abril de 2016
“El neoliberalismo aplica la necropolítica, deja morir a las personas que no son rentables”
Clara Valverde, activista política y social y escritora, presenta su nuevo libro 'De la necropolítica neoliberal a la empatía radical' (Icaria / Más madera)
"El poder neoliberal se asegura que los incluidos no se fien de los Excluidos, que los vean como extraños, diferentes, desagradables y no se solidaricen con ellos"
Siscu Baiges - Barcelona
28/02/2016 - 06:00h
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- ETIQUETAS: Necropolítica,neoliberalismo, capitalismo,exclusión, muerte, empatia
Clara Valverde introduce su nuevo libro con la alusión al texto de una pintada en la pared: “Con la dictadura nos mataban. Ahora nos dejan morir”. En ‘De la necropolítica neoliberal a la empatía radical’ (‘Icaria/Más madera’) esta activista política y social y escritora sostiene que el sistema neoliberal es incompatible con la lucha contra la desigualdad. Para ella, este sistema divide la sociedad en excluidos e incluidos. Se desentiende de los primeros y atemoriza a los segundos para perpetuar y aumentar el poder y la riqueza de los privilegiados.
¿Qué tenemos que entender por “necropolítica neoliberal”?
‘Necro’ es la palabra griega para ‘muerte’. Las políticas neoliberales son unas políticas de muerte. No tanto porque los gobiernos nos maten con su policía, sino porque dejan morir a la gente con sus políticas de austeridad y exclusión. Se deja morir a los dependientes, a los sin techo, a los enfermos crónicos, a las personas en listas de espera, a los refugiados que se ahogan en el mar, a los emigrantes en los CIEs…
A los cuerpos que no son rentables para el capitalismo neoliberal, que no producen ni consumen, se les deja morir.
¿Cómo se consigue convencer a los ciudadanos de que esa “necropolítica neoliberal” les beneficia? ¿Porqué no hay una rebelión masiva contra ella?
Los que aún no están excluidos, los que aún se creen el mito de que en esta sociedad somos libres aceptan y hacen suyo lo que dicen los poderosos y su prensa: que los excluidos no son como ellos, que son una gente zarrapastrosa, sucia, rara, diferente, con mala suerte y malos hábitos. El mito que ha calado es que los excluidos se han buscado la situación que sufren.
No hay una rebeldía masiva contra las necropolíticas de los gobiernos, contra la exclusión, porque la gente que aún no está excluida no se identifica con los excluidos. Piensan “ese no soy yo”, “eso no me pasará a mí”. No se dejan identificar con el que sufre, no hay empatía radical. Y en realidad las necropolíticas nos afectan a todos. En cuanto esa persona incluida enferme será posiblemente excluida sin ingresos y sin ayuda.
En este diseño social hay ciudadanos excluidos y ciudadanos incluidos. ¿Nadie defiende a los excluidos?
Muy poca gente defiende a los excluidos. ¿Cuánta gente se organiza para apoyar a los sin hogar? ¿Cuánta gente ayuda a los ancianos o enfermos crónicos y a sus asociaciones? En la PAH hay apoyo mutuo y empatía radical pero casi todos los que están activos en la PAH son afectados ellos también por los desahucios.
Los incluidos creen estar a salvo de su expulsión del sistema pero les adviertes que en cualquier momento pueden caer en la exclusión. El temor a la exclusión ¿fomenta la insolidaridad en nuestra sociedad?
Los que ahora tienen la suerte de no estar enfermos, desahuciados, en paro, deberían pensar que la mayoría, a menos que tengan mucho capital económico, podrían llegar a ser excluidos. Pongamos que eres conductor de autobús. Si enfermas, aunque lleves cotizando años, es muy posible que el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM) te dé el alta aunque estés demasiado enfermo para trabajar. Entonces, ¿qué harás? Sin poder trabajar, sin ingresos y con los gastos que una enfermedad conlleva y que no cubre la Seguridad Social…
El poder neoliberal se asegura de que los incluidos no se fíen de los excluidos, que los vean como extraños, diferentes, desagradables y no se solidaricen con ellos.
El neoliberalismo impone su necropolítica mediante la violencia. Pero ésa violencia no siempre es explícita. Dice que la más eficaz para los intereses del neoliberalismo es la ‘violencia discreta’. ¿A qué se refiere?
Por ejemplo, los recortes, la mercantilización y la privatización de la sanidad pública son una violencia discreta. No matan a tiros a los enfermos en listas de espera. Pero ¿cuántos mueren por esas listas interminables? Esas listas son tan largas porque los administradores de la sanidad pública y los políticos la han organizado de modo que la sanidad privada “chupe” de ella. Y eso tiene, como una de sus consecuencias, el sufrimiento y la muerte lenta de los enfermos que esperan.
Asegura que nos han cambiado el sentido de las palabras y que para combatir la necropolítica neoliberal hay que volver a llamar a las cosas por su nombre ¿Qué trampas del lenguaje destacaría?
Hay que llamar a las cosas por su nombre. Los políticos de derechas neoliberales, los que van de “centristas”, todos esos nos maltratan. No hay otra palabra. Es maltrato. Las condiciones laborales son malos tratos. Los recortes son malos tratos. Las leyes mordaza son malos tratos.
Hay muchas trampas lingüísticas. El que la gente haga suyas las frases-trampa de los poderosos es preocupante. Frases como “es lo que hay”, “no me puedo quejar”, “no va a ir a peor”, “no pasa nada”, etc. Y el ‘pensamiento positivo’ que hace que la gente se sienta culpable de estar enfadados con los políticos y de la situación actual.
La tolerancia es otra gran trampa. La tolerancia es muy violenta. Se intenta decir que es buena, que sí, que hay que tolerar al que es diferente. ‘Tolerar’ quiere decir ‘aguantar’ y es una posición de poder sobre el otro. “Yo te aguanto aunque seas pobre, trans, negro, autista, etc.” No, las diferencias no son para ser toleradas. Las diferencias hay que mirarlas, entender el por qué hay desigualdades entre grupos diferentes y cambiar la situación. Es necesario nombrar las desigualdades y luchar contra ellas al mismo tiempo que celebramos la diversidad.
Choca que hable de la contratación de discapacitados o del papel de las ONGs como instrumento manipulado por el neoliberalismo en interés propio.
Aquí no se habla de esto pero en muchos países, sí. Hay numerosos autores que hablan del “ONGismo” y del “Inspiración Porn”.
El ONGismo es la utilización de la comunidad para hacer el trabajo que debería hacer el gobierno con nuestro dinero. El ONGismo es un tema complejo porque la buena gente que se implica en una ONG lo hace con buenas intenciones. Pero luego son ellos los que tiene que recortar y hacer que sus empleados acepten sueldos míseros para hacer tareas que corresponden al Estado de Bienestar.
Cita algunos ejemplos de esta manipulación en la publicidad.
Hace unos años la Fundación La Caixa utilizaba personas con síndrome de Down no muy severo como ejemplos de cómo deberían ser los trabajadores. Ahora hay un anuncio de la compañía que hace lavadoras, Balay, en la que un sordomudo dice: “¡Mirad! Si un trabajador discapacitado es el mejor trabajador, sonríe y no se queja, tú, que no eres discapacitado, deberías callar, trabajar y no protestar”. Esto es un ejemplo de “Inspiración Porn”, una suerte de pornografía con los discapacitados.
Pero la realidad es que la mayoría de los discapacitados no tienen ingresos y sufren mucho. Y si consiguen un trabajo, su empresa no tiene que pagar su Seguridad Social. Es un ahorro para el jefe.
¿La necropolítica es especialmente evidente en España? Destaca que en este país se ha enterrado la memoria histórica de lo que supusieron la guerra y el franquismo, que sólo en Camboya hay más fosas comunes por abrir.
En realidad, la necropolítica se puede ver por todo el mundo. Mira la situación de violencia en México.
Pero sí, una sociedad como la nuestra que destaca a nivel mundial por la cantidad de personas desaparecidas y sin enterrar desde hace 80 años, no es una sociedad que pueda funcionar de forma humana. Tenemos a más de 100.000 abuelos y abuelas sin enterrar aún. ¿A cuántas personas de nuestra generación afecta éso directamente? ¿E indirectamente?
Andamos por los campos y las cunetas, y debajo de nuestros pies están miles y miles de personas que el gobierno, ningún gobierno, cree que merezcan ser encontrados y devueltos a sus familias. Eso produce una sociedad muy enferma.
El sistema sanitario le sirve como ejemplo perfecto de la forma de actuar de esa necropolítica neoliberal. ¿Es donde se hace más evidente su forma de actuar?
Es una de las áreas en la que más vemos el sufrimiento causado por la necropolítica, porque en el sistema sanitario se trabaja con las vidas y los cuerpos de las personas, con el sufrimiento inevitable que es parte del ser humano.
Te doy un pequeño ejemplo. Los profesionales de enfermería en hospitales en los que se ha implantado el método “Lean”, método inventado para las cadenas de montaje de coches Toyota. Dan más importancia a estar “ on time” (puntuales con la velocidad que les imponen en sus tareas, velocidad nada humana ni para el profesional ni, sobre todo, para el paciente) que a la calidad del trabajo y al bienestar de los pacientes. Dicen estar contentos si están “ on time”, ¡como si fueran conductores de la Renfe!
El método Lean se ha conseguido implantar sin que hayan protestas entre los profesionales sanitarios. De la misma manera que tantos profesionales no cuestionan Lean, tampoco cuestionan el autoritarismo y el paternalismo que ellos mismos utilizan con los enfermos.
Lo grave es que estos profesionales sanitarios son ellos también víctimas del autoritarismo y paternalismo de las administraciones sanitarias. A ellos les maltratan y se les exige que también maltraten. Finalmente, sin darse cuenta, acaban haciendo lo que llaman muchos autores “gobernar por terceros”; o sea, haciendo el trabajo sucio de los neoliberales.
Y simboliza en las enfermas de Síndromes de Sensibilización Central esa acción. ¿Por qué?
Porque los enfermos, o enfermas porque la mayoría son mujeres, adolescentes y niños, de SSC son por lo menos el 3,5% de la población -aunque los investigadores internacionales dicen que el porcentaje es mucho más alto- y cada año pierden parte de los pocos derechos que tenían. Con Boi Ruiz, los enfermos de SSC en Catalunya, dejaron de tener derecho a acceder a sus médicos. Y si el nuevo consejero sigue el acuerdo Junts Pel Sí-CUP, seguirán sin poder ver a su médico y los que enfermen ahora no podrán ser diagnosticados.
El 80% de estos enfermos viven encerrados en sus casas, en sus camas, sin ninguna ayuda sanitaria ni social. Y están demasiado enfermos para protestar, participar en movimientos sociales, etc. La mayoría enferman entre los 10 y los 30 años de edad. No han cotizado. Les espera una larga vida de pobreza y sufrimiento en la cama. Y los que han conseguido trabajar unos años y cotizar, el ICAM hace todo lo posible para que no tengan una ayuda económica. Hasta a los que han conseguido una pensión a través de los juzgados el ICAM les quita la pensión.
El antídoto contra esa necropolítica está en la voluntad de compartir. “Para sobrevivir y vivir hay que compartir”, dice. ¿Funcionará?
Las iniciativas, ideas y grupos implicados en lo común son el antídoto contra la necropolítica. Lo que el poder absoluto quiere dividir, nosotros lo tenemos que juntar. Nos tenemos que juntar enfermos, sanos, trans y todos los géneros, razas varias, ancianos, niños… Pero para hacerlo tenemos que desarrollar una empatía radical y empezar desde los espacios excluidos. No funciona que los “incluidos” inviten a los excluidos a sus movimientos. Tiene que ser al revés. Los que aún se creen incluidos necesitan ir a esos espacios intersticiales en los que habita la exclusión y empezar desde ahí.
En ese sentido quería dar las gracias a Catalunya Plural por entender que para poder tener esta conversación conmigo, que vivo en la cama el 90% del tiempo con Encefalomielitis Miálgica, lo hemos tenido que hacer a mí manera. Unos necesitan una rampa para su silla de ruedas. Otros necesitamos Skype y email.
martes, 12 de abril de 2016
Entrevista a Noam Chomsky: ”El lavado de cerebros en libertad es más eficaz que en las dictaduras”
El escritor Noam Chomsky de los EEUU habla de los mecanismos detrás de la comunicación moderna, un instrumento esencial de gobierno en los países democráticos, tan importantes para nuestros gobiernos como la propaganda es a una dictadura.
– Empecemos por el asunto de los medios de comunicación. En Francia, en mayo del 2005, con ocasión del referéndum sobre el tratado de la Constitución Europea, la mayor parte de órganos de prensa eran partidarios del ”sí”, y sin embargo 55% de los franceses votaron por el ”no”. Luego, la potencia de manipulación de los medios no parece absoluta. ¿Ese voto de los ciudadanos representaría también un ”no” a los medios?
– El trabajo sobre la manipulación mediática o la manufactura del consentimiento hecho por Edgard Herman y yo no aborda la cuestión de los efectos de los medios en el público [1]. Es un asunto complicado, pero las pocas investigaciones que profundizan en el tema sugieren que, en realidad, la influencia de los medios es más importante en la fracción de la población más educada. La masa de la opinión pública parece menos tributaria del discurso de los medios.
Tomemos, por ejemplo, la eventualidad de una guerra contra Irán: 75% de los norteamericanos estiman que Estados Unidos debería poner fin a sus amenazas militares y privilegiar la búsqueda de un acuerdo por vías diplomáticas. Encuestas llevadas a cabo por institutos occidentales sugieren que la opinión pública iraní y la de Estados Unidos convergen también en algunos aspectos de la cuestión nuclear: la aplastante mayoría de la población de los dos países estima que la zona que se extiende de Israel a Irán debería estar completamente despejada de artefactos de guerra nuclear, comprendidos los que poseen las tropas norteamericanas de la región. Ahora bien, para encontrar este tipo de información en los medios, es necesario buscar mucho tiempo.
En cuanto a los principales partidos políticos de los dos países, ninguno defiende este punto de vista. Si Irán y Estados Unidos fueran auténticas democracias en cuyo interior la mayoría determinara realmente las políticas públicas, el diferendo actual sobre lo nuclear ya estaría sin duda resuelto. Hay otros casos así.
En lo que se refiere, por ejemplo, al presupuesto federal de Estados Unidos, la mayoría de norteamericanos desean una reducción de los gastos militares y un aumento, por el contrario, en los gastos sociales, créditos otorgados a las Naciones Unidas, ayuda económica y humanitaria internacional, y por último, la anulación de las bajas de impuestos decididas por el presidente George W. Bush a favor de los contribuyentes más ricos.
En todos estos asuntos la política de la Casa Blanca es totalmente contraria a los reclamos de la opinión pública. Pero las encuestas que revelan esta oposición pública persistente raramente son publicadas en los medios. Es decir, a los ciudadanos se les tiene no solamente apartados de los centros de decisión política, sino también se les mantiene en la ignorancia del estado real de esta misma opinión pública.
– Cuando se les pregunta a los periodistas, si sufre presiones responden inmediatamente: ”Nadie me ha presionado, yo escribo lo que quiero. ” Es cierto. Solamente, que si tomaran posiciones contrarias a la norma dominante, ya no escribirían sus editoriales. La regla no es absoluta, desde luego; a mí mismo me sucede que me publiquen en la prensa norteamericana, Estados Unidos no es un país totalitario tampoco. Pero cualquiera que no satisfaga ciertas exigencias mínimas no tiene oportunidad alguna de alcanzar el nivel de comentador con casa propia.
El sistema de control de las sociedades democráticas es muy eficaz; instila la línea directriz como el aire que respira. Uno ni se percata, y se imagina a veces estar frente a un debate particularmente vigoroso. En el fondo, es mucho más rendidor que los sistemas totalitarios.
No olvidemos cómo se impone siempre una ideología. Para dominar, la violencia no basta, se necesita una justificación de otra naturaleza. Así, cuando una persona ejerce su poder sobre otra -trátese de un dictador, un colono, un burócrata, un marido o un patrón-, requiere de una ideología que la justifique, siempre la misma: esta dominación se hace ”por el bien” del dominado. En otras palabras, el poder se presenta siempre como altruista, desinteresado, generoso.
Fuente-Iniciativa debate
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La educación que tenemos roba a los jóvenes la conciencia, el tiempo y la vida
Fuente: Web Islam
Cuando uno escucha a este psiquiatra chileno de 75 años da la sensación de estar frente al Jean-Jacques Rousseau de nuestro tiempo.
Cuenta que estaba bastante dormido hasta que en los años 60 se fue a vivir a EE.UU., allí fue discípulo de Fritz Perls, uno de los grandes terapeutas del siglo XX y formó parte del equipo del Instituto Esalen en California. Allí tuvo grandes experiencias en el mundo terapéutico y en el mundo espiritual. Contactó con el sufismo y se convirtió en uno de los introductores de Eneagrama en occidente. También bebió del budismo tibetano y el zen.
Claudio Naranjo ha dedicado su vida a la investigación y a la docencia en Universidades como Hardvard y Berkeley. Ha fundado el programa SAT, una integración de la terapia Gestalt, el Eneagrama y la Meditación para enriquecer la formación de profesores. En este momento está lanzando un aviso muy contundente: o cambiamos la educación o este mundo se va a pique.
-Dices que para cambiar el mundo hay que cambiar la educación ¿cuál es la problemática de la educación y cuál es tu propuesta?
-La problemática en la educación no es de ninguna manera la que a los educadores les parece que es. Creen que los estudiantes ya no quieren lo que se les ofrece. A la gente se le quiere forzar a una educación irrelevante y se defiende con trastornos de la atención, con desmotivación. Yo pienso que la educación no está al servicio de la evolución humana sino de la producción o más bien de la socialización. Esta educación sirve para domesticar a la gente de generación en generación para que sigan siendo unos corderitos manipulables por los medios de comunicación. Esto es socialmente un gran daño. Se quiere usar la educación como una manera de meter en la cabeza de la gente una manera de ver las cosas que le conviene al sistema, a la burocracia. Nuestra mayor necesidad es la de una educación para evolucionar, para que la gente sea lo que podría ser.
La crisis de la educación no es una crisis más entre las muchas crisis que tenemos, sino que la educación está en el centro del problema. El mundo está en una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su tiempo y su vida.
El modelo de desarrollo económico de hoy ha eclipsado el desarrollo de la persona.
-¿Cómo sería una educación para que seamos seres completos?
-La educación enseña a la gente a pasar exámenes, no a pensar por si misma. En un examen no se mide la comprensión, se mide la capacidad de repetir. ¡Es ridículo, se pierde una cantidad tan grande de energía! En lugar de una educación para la información, se necesitaría una educación que se ocupe del aspecto emocional y una educación de la mente profunda. A mi me parece que estamos presos entre una alternativa idiota, que es la educación laica y una educación autoritaria que es la educación religiosa tradicional. Está bien separar Estado e Iglesia pero, por ejemplo en España, han echado por la borda el espíritu como si religión y espíritu fueran la misma cosa. Necesitamos que la educación atienda también a la mente profunda.
-¿Cuándo hablas de espiritualidad y de mente profunda a qué te refieres exactamente?
-Tiene que ver con la conciencia misma. Tiene que ver con aquella parte de la mente de la que depende el sentido de la vida. Se está educando a la gente sin ese sentido. Tampoco es la educación de valores porque la educación de valores es demasiado retórica e intelectual. Los valores deberían ser cultivados a través de un proceso de transformación de la persona y esta transformación está muy lejos de la educación actual.
La educación también tiene que incluir un aspecto terapéutico. Desarrollarse como persona no se puede separar del crecimiento emocional. Los jóvenes están muy dañados afectiva y emocionalmente por el hecho de que el mercado laboral se traga a los padres y ya no tienen disponibilidad para los hijos. Hay mucha carencia amorosa y muchos desequilibrios en los niños. No puede aprender intelectualmente una persona que está dañada emocionalmente.
Lo terapéutico tiene mucho que ver con devolverle a la persona la libertad, la espontaneidad y la capacidad de conocer sus propios deseos. El mundo civilizado es un mundo domesticado y la enseñanza y la crianza son instrumentos de esa domesticación. Tenemos una civilización enferma, los artistas se dieron cuenta hace mucho tiempo y ahora cada vez más los pensadores.
-A la educación parece solo interesarle desarrollar la parte racional de la gente ¿Qué otras cosas podrían desarrollarse?
-Yo pongo énfasis en que somos seres con tres cerebros: tenemos cabeza (cerebro intelectual), corazón (cerebro emocional) y tripas (cerebro visceral o instintivo). La civilización está íntimamente ligada por la toma de poder por el cerebro racional. Con el momento en que los hombres predominaron en el dominio político, unos 6000 años atrás, se instaura esto que llamamos civilización. Y no es solamente el dominio masculino ni el dominio de la razón sino también de la razón instrumental y práctica, que se asocia con la tecnología; es este predominio de la razón instrumental sobre el afecto y sobre la sabiduría instintiva lo que nos tiene tan empobrecidos. La plenitud la puede vivir sólo una persona que tiene sus tres cerebros en orden y coordinados. Desde mi punto de vista necesitamos una educación para seres tri-cerebrados. Una educación que se podría llamar holística o integral. Si vamos a educar a toda la persona, hemos de tener en cuenta que la persona no es solo razón.
Al sistema le conviene que uno no esté tanto en contacto consigo mismo ni que piense por sí mismo. Por mucho que se levante la bandera de la democracia, se le tiene mucho miedo a que la gente tenga voz y tenga conciencia.
La clase política no está dispuesta a apostar por la educación.
La clase política no está dispuesta a apostar por la educación.
-La educación nos sumerge en un mar de conceptos que nos separan de la realidad y nos aprisiona en nuestra propia mente ¿Cómo se puede salir de esa prisión?
-Es una gran pregunta y es una pregunta necesaria en el mundo educacional. La idea de que lo conceptual sea una prisión requiere una cierta experiencia de que la vida es más que eso. Para uno que ya tiene el interés en salir de la prisión de lo intelectual, es muy importante la disciplina de detener la mente, la disciplina del silencio, como se practica en todas las tradiciones espirituales: cristianismo, budismo, yoga, chamanismo… Parar los diálogos internos en todas las tradiciones de desarrollo humano ha sido visto como algo muy importante. La persona necesita alimentarse de otra cosa que conceptos. La educación quiere encerrar a la persona en un lugar donde se la somete a una educación conceptual forzada, como si no hubiera otra cosa en la vida. Es muy importante, por ejemplo, la belleza. La capacidad de reverencia, de asombro, de veneración, de devoción. No tiene que ver necesariamente con una religión o con un sistema de creencias. Es una parte importante de la vida interior que se está perdiendo de la misma manera en que se están perdiendo los espacios bellos de la superficie de la Tierra, a medida que se construye y se urbaniza.
-Precisamente quería preguntarte tu opinión sobre la crisis ecológica que vivimos.
-Es una crisis muy evidente, es la amenaza más tangible de todas. Se puede prever fácilmente que con el calentamiento de la Tierra, con el envenenamiento de los océanos y otros desastres que están pasando, no vamos a poder sobrevivir tantas personas como las que somos ahora.
Estamos viviendo gracias al petróleo y consumimos más recursos de los que la tierra produce. Es una cuenta atrás. Cuando se nos acabe el combustible será un desastre para el mundo tecnológico que tenemos.
La gente a la que llamamos más primitiva como los indígenas tienen una forma de tratar a la naturaleza que no viene del sentido utilitario. En la ecología como en la economía y otras cosas, hemos querido prescindir de la conciencia y funcionar sólo con argumentos racionales y eso nos está llevando al desastre. La crisis ecológica sólo puede pararse con un cambio de corazón, verdadera transformación, que sólo la puede dar un proceso educativo. Por eso no tengo mucha fe ni en las terapias ni en las religiones. Solo una educación holística podría prevenir el deterioro de la mente y del planeta.
-¿Podríamos decir que has encontrado un equilibrio en tu vida a esas alturas?
-Yo diría que cada vez más, aunque no he terminado el viaje. Soy una persona que tiene mucha satisfacción, la satisfacción de estar ayudando al mundo en el que estoy. Vivo feliz, si se puede ser feliz en esa situación trágica en la que estamos todos.
-Desde tu experiencia, tu trayectoria y tu madurez, ¿cómo procesas el hecho de la muerte?
-En todas las tradiciones espirituales se aconseja vivir con la muerte al lado. Hay que hacerse a esa evidencia de que somos mortales y creo que el que toma la muerte en serio no será tan vano. No tienes tanto miedo a cosas pequeñas cuando hay una cosa grande de la cual preocuparte más. Yo creo que la muerte sólo puede superarla uno que en cierto modo muere antes de morir. Uno tiene que morir a la parte mortal, a la parte intrascendente. Los que tienen suficiente tiempo y vocación y que llegan suficientemente lejos en este viaje interior se encuentran tarde o temprano con su verdadero ser. Y ese ser interior o ese ser lo que uno es, es algo que no tiene tiempo y que le da a una persona una cierta paz o un sentido de invulnerabilidad. Estamos muy absortos en nuestra vida cotidiana, en nuestros pensamientos de alegría, tristeza, etc… No estamos en nosotros, no estamos atentos a quien somos. Para eso necesitamos estar muy en sintonía a nuestra experiencia del momento. Esta es la condición humana, estamos viviendo hacia el pasado y el futuro, el aspecto horizontal de nuestra vida. Pero poco atentos a la dimensión vertical de nuestra vida, el aspecto más alto y más profundo, eso es el espíritu y es nuestro ser y la llave para acceder es el aquí y ahora.
A veces vamos en busca del ser y a veces nos confundimos en la búsqueda de otras cosas menos importantes como la gloria.
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