lunes, 7 de marzo de 2011

Homeopatía, ¿por qué es peligrosa aunque no me haga daño?



¿Qué es la homeopatía?














La homeopatía es una pseudociencia de las terapias alternativas a la medicina. Tuvo sus inicios a finales del siglo XVIII y principios del XIX a manos de un médico alemán, Samuel Hahnemann (1755-1843). En esa época la medicina aún se regia en esencia por los principios de Hipócrates yGaleno. Los tratamientos más utilizados del momento eran los purgantes (irritantes del intestino que provocan diarrea), eméticos (sustancias que provocan el vómito) y sangrías (literalmente, provocar al enfermo una hemorragia con intención de depurar la sangre de humores patológicos). En respuesta a estos métodos cruentos, desagradables y peligrosos, la homeopatía ofrecía tratamientos que no ocasionaban ninguna molestia, lo que explica su rápida y espectacular popularización.
¿Pero qué descubrió Hahnemann? ¿En qué se basa la homeopatía?
Hahnemann no descubrió nada. Inicialmente Hahnemann y posteriormente sus sucesores hasta nuestros días establecieron unos principios arbitrarios en los que se basan todos los remedios homeopáticos. Como son pocos y muy sencillos en su formulación, vayamos uno por uno:
- Similia similibus curantur (lo similar cura a lo similar): El primer principio de la homeopatía reza así. Hahnemann dijo que las sustancias en la naturaleza pueden producir síntomas de enfermedades. Si una sustancia provoca síntomas de gripe al ingerirla, entonces esa sustancia será el remedio contra la gripe, pero antes hay que diluirla y agitarla (vaya! pretendía explicar el primer principio y sin querer los he explicado todos). Si quieres curar el dolor de cabeza, encuentra una sustancia que de dolor de cabeza, dilúyela, agítala, tienes el tratamiento. Esta idea no se ha conseguido demostrar jamás. Es una idea arbitraria (no sigue ningún razonamiento lógico), un axioma. Analicemos en más profundidad el resto de principios y tratemos de no dejar ningún rincón sin luz.
- Principio de dilución: Cuanto más diluida esté la sustancia, más potente será. A priori parece contradictorio, ¿no? ¿Entonces por qué Hahnemann lo describía así? la respuesta nos recordará a todos a nuestra más tierna infancia: porque sí.  La homeopatía actual mantiene que los mecanismos no son relevantes ya que sus remedios funcionan (aunque nunca lo hayan podido demostrar).
Para la dilución se toma la sustancia que supuestamente va a curar la enfermedad y se diluye en 100 partes de agua, de esa dilución se toma una gota y se vuelve a diluir en 100 partes de agua, así sucesivas veces. Si observáis un envase de remedio homeopático advertiréis un número junto a una o unas letras, por ejemplo 30 CH. Esto indica la dilución del preparado. Cuánto más alto es el número, más diluido está. Para hacerse una idea gráfica, un preparado de 12 CH equivale a disolver una aspirina en el agua de todos los océanos del planeta. A pesar de ello los homeópatas seguían manteniendo que en sus preparados había sustancia, aunque MUY diluida.

Se verían en apuros más adelante cuando, gracias a la Ley de Avogadro, fue posible calcular cuántas moléculas de sustancia había en una dilución, revelando que en esas bolitas de remedio no quedaba ni una sola molécula de sustancia. Aquí la cosa se les ponía bastante fea para los homeópatas, y fue necesaria la creación de otra idea tan pintoresca como arbitraria: es posible que con tanta dilución el agua ya no contenga sustancia alguna, pero se acuerda de ella. Es decir, el agua tiene memoria y se acuerda de la sustancia que una vez estuvo en contacto con ella.
- Memoria del agua: ¿Por qué? Porque sí. De nuevo

la homeopatía nos intenta convencer de algo sin darnos explicación alguna. Pero, si el agua tiene memoria… se acordará del medicamento… pero también de todas las otras sustancias que habrá tocado en su dilatada existencia. Eso plantea muchos problemas, por ejemplo, cuando uno va al retrete y ve agua, se plantea cosas.

El agua de mar tiene disueltas en muy pequeña cantidad casi todas las sustancias que sepueden encontrar en el planeta. Si los principios homeopáticos fuesen ciertos, un vasito de agua de mar curaría todas las enfermedades conocidas! Y así podemos seguir deduciendo multitud de ideas derivadas de este principio, a cada cual más divertida, te invito a poner la tuya al final de este post, en “comentarios”.
De acuerdo, la homeopatía es inconsistente y contradictoria pero… ¿funciona?
No.
¿Y cómo podemos saber si algún tratamiento, como la homeopatía,  funciona?
Sólo hay una forma de saberlo con suficiente seguridad. Si tomas a un grupo de personas enfermas, por ejemplo con depresión, a la mitad les das un tratamiento (por ejemplo homeopático) y a la otra mitad no les das nada, probablemente observarás que el grupo que recibe tratamiento mejora más rápidamente. No significa que el tratamiento sea eficaz, porque el simple hecho de saber que alguien, que se supone que sabe lo que hace, te da tratamiento, provoca un efecto placebo(sugestión) que conlleva mejoría en una alto porcentaje de pacientes.
Para saber con seguridad que un tratamiento funciona tienes que darle a un grupo de enfermos el tratamiento que quieres demostrar, y al otro una pastilla (si el tratamiento es en pastilla) de igual forma y color, las mismas veces al día y durante el mismo tiempo, pero sin tratamiento real (por ejemplo que sólo contenga azúcar). De esta forma sabrás que si el grupo que realmente recibe un tratamiento mejora, es porque el medicamento es eficaz.
Este experimento bien realizado se denomina ensayo clínico aleatorizado a doble ciego(doble ciego porque ni el paciente ni el médico deben saber quien toma el tratamiento real y quién no hasta el final del estudio, para evitar que se favorezca un resultado concreto).
Para comercializar un tratamiento médico es imprescindible que el laboratorio fabricante haya presentado por lo menos un ensayo clínico aleatorizado que demuestre que el fármaco es eficaz y es mejor que el placebo.
Pues bien, no existe un sólo tratamiento homeopático que haya sido eficaz en un experimento bien hecho. Todos los estudios que se han hecho al respecto, o eran negativos o se ha descubierto que estaban alterados. Luego, bajo ningún concepto es legítimo afirmar que la homeopatía funciona.
Bueno, entonces la homeopatía no funciona, ¿pero por qué es peligrosa?
La homeopatía, al igual que otras muchas pseudociencias que no han mostrado ninguna eficacia pero pretenden curar enfermedades, son potencialmente muy peligrosas.
Cuando una enfermedad se está gestando

en nuestro organismo, es muy común que no nos encontremos bien. Dependiendo de la naturaleza de dicha enfermedad podemos experimentar unos síntomas u otros. Si, pongamos por caso, experimentamos un cuadro de cansancio, disminución del apetito, y pérdida de peso, podría ser simplemente debido a algo que nos preocupa en exceso, pero también podría corresponder al inicio de un Trastorno Depresivo Mayor, o una pneumonia, o incluso un cáncer. Dado que el pronóstico de algunas de estas enfermedades puede ser infausto si no se diagnostica a tiempo, es importantísimo que un médico interprete correctamente los síntomas y haga las pruebas necesarias, a fin de llegar a un diagnóstico correcto e iniciar el tratamiento eficaz (comprobado en ensayos aleatorios a doble ciego) lo antes posible.

Dado que de ello puede depender la continuidad de una vida humana, retrasar este proceso tomando bolitas de azúcar sin una sóla partícula de principio activo, resulta dramáticamente peligroso.
Todo lo que dices parece muy lógico… pero a mí me fue bien!
Dado que el cuerpo humano tiene potencial para resolver sin ayuda muchas de las enfermedades que podemos sufrir, es probable que tomando homeopatía pasemos ese cuadro de malestar (siempre que, desde luego, no sea un cáncer de páncreas), pero las consecuencias son igualmente negativas:

- Si nos recuperamos completamente, aún creeremos más en un falso tratamiento. Te fue bien! (o a tu vecino, o a tu compañera de trabajo) pero la próxima vez tomarás convencido/a algo que no te va a ayudar, y quizá en esa ocasión no sea un simple virus catarral…
- Si es una enfermedad con potencial para

dejar secuelas, por ejemplo una pneumonía atípica, es posible que para cuando nos demos cuenta de lo que tenemos y de que las bolitas de azúcar no funcionan, nos llevemos de recuerdo una capacidad pulmonar disminuida.

- Si es una enfermedad contagiosa, nos habrá dado tiempo a expandirla alegremente a nuestro alrededor. Por ejemplo, la tuberculosis, puede dar como únicos síntoma durante semanas, cansancio y sudor nocturno.

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