lunes, 28 de febrero de 2011

La farsa de la porcina


Surgió el escándalo en el año 2009, cuando se descubrió que la tal pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud, a causa de la gripe porcina (AH1N1), había sido nada más que una farsa planificada, organizada y desarrollada por la OMS y por los representantes de poderosos laboratorios farmacéuticos. …Y en este engaño de dimensiones mundiales también tuvieron su papel destacados funcionarios de diferentes gobiernos que adquirieron cientos de miles de vacunas y generaron costosas campañas publicitarias que instaban a sus connacionales a  vacunarse, so pena de ser sancionados.
“La  periodista  Jane Burgermeister
afirma que la pandemia de  gripe porcina es un gran negocio...”

El asunto fue mucho más allá.  De acuerdo a las informaciones de Bárbara Minton, editora de Natural News, el conocido sitio de noticias sobre la salud,  la periodista austriaca Jane Burgermeister denunció a poderosos laboratorios, a la Organización Mundial de la Salud y hasta al mismísimo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, como las piezas clave para armar un plan de vacunación masiva contra la gripe porcina -creada en laboratorios-, lo que tendría como propósito final  el reducir la población mundial en grandes proporciones.



Pero eso no es todo. Burgermeister, con suficiente decisión y valentía, por entonces alertó al mundo que se había gestado el mayor crimen de la historia de la humanidad. Y al presentar el 10 de junio de 2009, cargos  penales ante el FBI en contra de la OMS, las Naciones Unidas y Barack Obama, añadió, además, pruebas en contra de los nombrados, y de David Nabarro, coordinador del Sistema de las Naciones Unidas para la Gripe; Margaret Chan, directora general de la OMS; Kathleen Sibelius, secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos; Janet Napolitano, secretaria del Departamento de Seguridad Interior de USA; de los banqueros David de Rotschild y David Rockefeller, así como de Werner Faymann, canciller de Austria; y Alois Stoger, ministro de Salud de Austria.



A este grupo de acusados, Burgermeister  añade a las empresas farmacéuticas Baxter, Novartis, Big Pharma, GlaxoSmithKline, por haber sido parte de esta asociación internacional del delito, pues no solo que han desarrollado, producido y almacenado armas biológicas destinadas a eliminar buena parte de la población mundial, sino que también han  obtenido importantes beneficios financieros, calculados en algunos billones de dólares.



La prestigiosa periodista austriaca sostiene que la pandemia de la gripe porcina es un gran negocio y una gran mentira. Presenta pruebas en relación a su argumento de que tanto el virus de la gripe aviar y el de la gripe porcina han sido creados por laboratorios de bioingeniería, para lo cual utilizaron fondos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud y otros organismos de carácter internacional.  Asegura, además, la periodista Burgermeister en sus alegatos, que el cuestionado virus es un híbrido entre gripe porcina, gripe humana y gripe aviar, algo que solo puede provenir de laboratorios, de acuerdo con muchos expertos.



¿Cuál será la verdad en esta extraña historia de un supuesto genocidio?  Pensamos que por encontrarse involucrados elementos de tanto poder político y económico, jamás se esclarecerán los hechos. Sin embargo, el doctor Wolfgang Wodarg, la autoridad de salud más importante de Europa, afirma que las compañías farmacéuticas “organizaron una campaña de pánico”  encaminada a presionar a la Organización Mundial de la Salud para que declare una pandemia en lo que fue “uno de los escándalos del siglo en la medicina”, por lo cual ha pedido una investigación.



¿Se podría pensar que la gripe porcina reviste tan alto peligro como para originar en el mundo una pandemia? Por el contrario,  sabemos por las investigaciones de Jane Burgermeister  y de Telesur  -hace aproximadamente dos meses presentó un reportaje televisivo sobre el tema-,  que la conocida como gripe porcina  ofrece muy similares síntomas que la gripe común, sin mayores consecuencias y aun menos muertes que esta.



Lo que sí ha causado innumerables defunciones  es la vacuna contra la gripe porcina. Y esta condición letal no ha terminado todavía en las personas ya tratadas, pues, según los científicos, no se puede afirmar cuántos años después de aquella inyección podría presentarse cualquier peligro aun hasta la extinción de la vida, por  una vacuna que fue hecha justamente para causar muertes en masa.

Por: NANCY BRAVO DE RAMSEY 

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