domingo, 21 de junio de 2015

Los padres únicamente nos convertimos en visitadores y proveedores de dinero


Coparentalidad es una organización de la sociedad civil que reúne a 45 divorciados, quienes luchan por seguir participando en la crianza de sus hijos. Denuncian que la legislación no los ampara.

Foto: John Guevara / EL Telégrafo
Foto: John Guevara / EL Telégrafo
Foto: John Guevara / EL Telégrafo
Foto: John Guevara / EL Telégrafo
Foto: John Guevara / EL Telégrafo
Foto: John Guevara / EL Telégrafo
Redacción Sociedad
Hace 2 años que Richard Ponce no ve a sus 3 hijos. Posiblemente hoy tampoco lo haga. “No creo que fui un padre perfecto, tuve muchos errores como todos porque soy humano, pero nunca hubo maltratos. Los extraño mucho, recuerdo cuando hacíamos deberes juntos, salíamos al parque. Yo era un niño más con ellos”, rememora.
Richard se reúne cada 15 días con otros padres que sufren una situación similar a la suya. La organización no sexista Coparentalidad Ecuador - Primero Somos Padres, que está por constituirse como fundación, los recibe. Está conformada por 60 personas, entre abuelos, abuelas y madres, 45 de ellos son papás. Ahí reciben asesoría legal, cuentan sus casos e idean proyectos que busquen concienciar sobre la necesidad de que los hijos crezcan en un ambiente de paz, en donde no se rompan los vínculos afectivos y se promueva la responsabilidad compartida.
Hace 30 meses que Richard firmó el divorcio. Su pareja se volvió a casar, pero él no lo ha podido hacer porque su lucha está enfocada en rehacer el lazo con sus hijos. Estuvo un mes en prisión por no pagar 2 meses de pensión alimenticia, también perdió su empleo.
“Un día mi expareja me preguntó si quería ver a mis hijos, le dije que sí. Fui a la hora pactada. Estaba conversando con unos amigos hasta esperar a mis hijos, pero solo salió la mamá con la policía y me apresaron. Caí como un niño”, dice.
Richard reconoce que debía cancelar la pensión, pero también siente enojo porque su expareja lo aleja de sus hijos. “¿Cómo le voy a depositar si no sé nada de ellos”, se cuestiona.
Mario Ramos también se divorció y afirma que su vida dio un giro de 180 grados cuando su hija empezó a rechazarlo.  “Luego de las investigaciones de los peritos judiciales llegaron a la conclusión de que mi hija padecía del síndrome de alienación parental SAP (...) estaba siendo influenciada por la madre y familiares maternos”, revela.
Lleva 1 año y medio que no puede verla. “Pese a que mi hija padece del SAP, las autoridades y jueces no hacen nada por impedir este maltrato psicológico”, argumenta.
Santiago Villareal, director nacional de Coparentalidad Ecuador, explica que este tipo de casos son  comunes. “Como organización fomentamos el diálogo para que haya una mediación efectiva, también para que los padres y madres tengan claro el rol que cumplirán en la vida de sus hijos y depongan actitudes por el bienestar de ellos”, explica el profesional, quien tras su divorcio  lucha por permanecer el mayor tiempo con su hija.  
Cita los artículos 83 y 69 de la  Constitución del Ecuador que detallan que el cuidado de los hijos es una tarea compartida y que ambos, papá y mamá, están obligados a criarlos, incluso en casos de separación. “En ninguna parte dice el padre que pierda la custodia de sus hijos se convertirá únicamente en visitante y proveedor. Lo que pedimos es igualdad y una verdadera equidad”, sostiene Santiago.

Vacíos y trabas en la legislación

El abogado Miguel Laguna si bien reconoce que hay casos de irresponsabilidad de los padres con el cuidado de sus hijos, también coincide con la demanda que plantea Santiago. Dice que varios artículos en el Código de la Niñez y Adolescencia favorecen más a las madres.
Por ejemplo el artículo 129 de este Código provee la participación  de la madre y del padre en la alimentación del menor.
Este texto dice también que solo se fiscaliza al padre, pese a que existen muchos casos en los que la madre trabaja. “Se debería plantear una fiscalización. El Código no prevé eso, no hay un control del dinero que el padre deposita a favor del hijo. Los padres únicamente nos convertimos en visitadores y proveedores de dinero (...) El gasto de ese dinero solo queda en la buena fe de la madre ”, cuestiona.  
Laguna detalla que el respeto al régimen de visitas estipulado en el articulo 125 del Código tampoco se cumple. “La normativa dice que se puede dictar el apremio personal  (cárcel) para la madre que incumple una resolución de visitas, pero no se ejecuta. A los jueces les tiembla la mano, pero no sucede lo mismo cuando un padre debe 2 meses de pensión de alimentos. Inmediatamente dictan el apremio personal sin mucha investigación”, sostiene.
Existe una tabla específica que plantea el valor que se debe cancelar por pensiones alimenticias. Hay 3 niveles de acuerdo al sueldo del progenitor. Laguna explica que cuando un abogado asiste a las audiencias, regularmente ofrece pagar el 50% de la deuda y el resto prorratearlo a 12 meses, pero en ello también hay reparos. “Lo que sucede es que el juez ordena pagar todo cuando hay una resolución de la Corte de Justicia que acepta la forma de pago prorrateada”, dice.
Para evitar todo este calvario, Santiago cree que las acciones preventivas son indispensables. Como vocero de la organización cree que antes de que una pareja vaya a mediación, la primera instancia debería ser una orientación y charla a los progenitores donde se hable de temas de alienación y manipulación parental y de los futuros problemas que esto genera en el menor. “De esta  manera se puede evitar el litigio”, dice muy convencido.  
El caso de Wilson Brito, miembro también de Coparentalidad, brinda esperanza a todos los padres de la organización porque pese a que está en proceso de divorcio, él y su expareja han logrado mantener una relación de amistad pensando en el bienestar de sus hijas. “Ambos depusimos actitudes negativas y ahora las cosas están más relajadas. Hemos limado asperezas (...) Tengo visitas sin limitación y puedo estar presente en la vida de mis hijas”.

Daño psicológico a futuro          

La psicóloga Yadira Medina destaca la importancia de fortalecer los lazos afectivos. “Si cortamos el vínculo con el padre solamente porque nuestra relación con él no ha sido satisfactoria, consciente o inconscientemente estamos utilizando a nuestros hijos como objetos de venganza. Esto puede generar inestabilidad emocional y conducirlos a afrontar situaciones más complicadas con el tiempo”, apunta.
La experta explica que antes se enfocaba a la madre como la figura más importante en la vida del niño, pero hoy  sobresalen estudios en los que se destaca el papel fundamental del padre. “Cuando crecen con una figura paterna, los  niños son más estables, independientemente de si sus padres viven juntos o separados.
El padre puede generar al involucrarse en la crianza de sus hijos el afecto, la confianza y la contención emocional que ellos necesitan para crecer felices”, puntualiza. (I)

Pocas empresas dan más días de licencias a padres

El artículo 152 del Código de Trabajo otorga 10 días de licencia por paternidad cuando el parto ha sido normal y 5 días más cuando el parto ha sido por cesárea.
En el Día del Padre, el portal de empleos Multitrabajos.com realizó una encuesta sobre paternidad y beneficios a más de 100 gerentes de recursos humanos de importantes empresas.
La mayoría de gerentes consultados aseguró que no otorgaría más días de paternidad (ver infografía).
El 68% de los encuestados aceptó que en su empresa no brindan beneficios especiales para los padres, como horarios flexibles, guardería o jardín de infante, entre otros servicios que les servirían de gran ayuda. (I)

sábado, 20 de junio de 2015

Thomas Piketty, la nueva estrella de la economía mundial


  • 7 mayo 2014
Thomas Piketty
El libro tiene unas 650 páginas, fue publicado en inglés el 10 de marzo, trepó al puesto número uno de la lista de best sellers de Amazon en Estados Unidos en abril y su impacto ha sido comparado con el que tuvo Adam Smith en el siglo XVIII, Karl Marx en el XIX y John Maynard Keynes en el XX.
Elogiado por los premios Nobel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, encomiado por el influyente editor del diario Financial Times, Martin Wolf, y analizado en profundidad por el semanario The Economist. "Capital in the 21st Century", del economista francés Thomas Piketty, contiene un duro ataque al capitalismo y un rasgo que considera inherente a su funcionamiento: una creciente desigualdad que tarde o temprano será "intolerable".
El mensaje recuerda (al igual que el título de la obra) las predicciones de Karl Marx sobre el inevitable antagonismo entre una minoría cada vez más rica y una mayoría cada vez más relegada.
No en vano The Economist apodó a Piketty "el moderno Marx", pero entre las sorpresas de este supuesto heredero del autor de Das Kapital y el "Manifiesto Comunista" está el hecho de que fue recibido simultáneamente por la Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional para que explicara sus tesis.
En su reseña para The New York Review Paul Krugman buscó sintetizar el interés que despierta el libro.
"Presenta un nuevo modelo que integra el concepto de crecimiento económico con el de distribución de ingresos salariales y riqueza. Cambiará el modo en que pensamos sobre la sociedad y la economía", escribió Krugman.

R contra G

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Piketty ha sido apodado "el moderno Marx".
Piketty no es el primero en hablar del crecimiento de la desigualdad. El tema ha sido tratado por diversos autores, desde Joseph Stiglitz hasta el coreano Ha-Joon Chang, y mencionado como uno de los grandes desafíos de nuestra época por dirigentes políticos mundiales, comenzando por el mismo Barack Obama.
La diferencia es que Piketty revoluciona el análisis histórico con una comparación que abarca desde comienzos de la revolución industrial en el siglo 18 hasta nuestros días.
Según Piketty el crecimiento de la desigualdad es inherente al capitalismo porque la tasa de retorno o rendimiento del capital (R: rate of capital return) es superior a la tasa de crecimiento económico (G: rate of economic growth), relación resumida en la versión en inglés del libro como "R > G" (R mayor que G).
Piketty analizó la evolución de 30 países durante 300 años como explicó a The New York Times.
"Si uno analiza el período desde 1700 hasta 2012 se ve que la producción anual creció a un promedio de un 1,6%. En cambio el rendimiento del capital ha sido del 4 al 5%", indicó Piketty al diario.
La consecuencia de este proceso es que a la larga el mismo crecimiento económico se ve afectado. En otras palabras, Piketty ataca de frente la idea de que la distribución de la riqueza económica es secundaria a la creación de la misma.

Los 25 años dorados

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El investigador francés analiza en su libro el crecimiento de la desigualdad en el mundo.
Esta tesis choca de frente con la premisa de la economía neoclásica (basada en Adam Smith y David Ricardo) que considera que la distribución de la riqueza es un tema secundario del crecimiento y que en "economías maduras" (desarrolladas) la desigualdad se reduce naturalmente.
Esta tesis se basaba en la llamada curva de Kuznets que postulaba que si bien las economías eran muy desiguales en la primera etapa de la industrialización, se volvían más igualitarias con el tiempo por virtud de un proceso de maduración intrínsico, resultado del crecimiento.
Kuznets desarrolló esta hipótesis en los años 50 y 60 al mismo tiempo en que el capitalismo gozó de sus "25 años dorados" (1947-1973) en los que el crecimiento rondó el 4,5% anual.
Según Piketty este período es una excepción debida a factores históricos aleatorios e institucionales.
"La gran crisis de 1914-1945 con la destrucción de capital por la inflación, las dos guerras mundiales y la Gran Depresión, sumado a cambios institucionales, como la creación del Estado de Bienestar, revirtieron un poco el proceso de creciente desigualdad que veíamos desde la revolución industrial", señaló a The New York Times.
En otras palabras, con laissez faire la tendencia natural es a la desigualdad. Por el contrario, la intervención de la historia, que afecta el rendimiento del capital y su inversión (guerras mundiales), y la del estado (redistribución) pueden torcer esta tendencia.
En su "Historia del siglo XX", el recientemente fallecido historiador Eric Hobsbawm aporta otro ángulo que lleva a la misma conclusión: “Una de las ironías del siglo XX fue que la Revolución de Octubre, que tenía como objeto la eliminación del capitalismo, terminó salvándolo al obligarlo a reformarse y planificar su economía con políticas redistributivas como el New Deal, escribía el historiador británico a principios de los 90.
Con la caída del Muro de Berlín, el capitalismo volvió a sus viejas raíces del laissez faire, hoy rebautizadas como neoliberalismo.

Críticas

El libro de Piketty ha sido criticado desde dos perspectivas.
Desde la derecha se ha reconocido la "extraordinaria maginitud de los datos acopiados y comparados", pero se ha disentido con la tesis principal y con la "pobreza" de los remedios propuestos.
El semanario The Economist sintetizó en su última edición las críticas.
"Muchos piensan que Piketty se equivoca al creer que el futuro será como el pasado, el siglo XXI como el XVIII y XIX. Otros agregan que, en realidad, es cada vez más difícil obtener una buena rentabilidad del capital invertido. Y además la mayoría de los super-ricos de hoy ha conseguido su riqueza gracias a su esfuerzo y no por herencia", señala el semanario.
Desde una perspectiva de centro izquierda, también se ha criticado a Piketty porque su tesis se mantendría dentro de los límites de la economía "neoclásica".
El autor de "Post Keynesian Economics: Debt, Distribution and the Macro Economy", el académico estadounidense Thomas I. Palley señala que esta limitación hace posible "cambiar algo para que no cambie nada", vieja técnica del gatopardismo.
"Piketty suministra una explicación de la creciente desigualdad en el marco neoclásico y centra el problema en la diferencia entre la rentabilidad del capital y el crecimiento. Este esquema neoclásico le hace enfocar el tema impositivo como el remedio sin prestar atención a las estructuras del poder económico", señala Palley.

¿Hay alternativas?

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El impacto de Piketty ha sido comparado con el que tuvo Adam Smith en el siglo XVIII.
En una cosa todos coinciden: la desigualdad ha crecido en las últimas tres décadas.
Segun The Economist hoy el 1% de la población tiene un 43% de los activos del mundo: el 10% más rico maneja el 83%.
El mensaje de Piketty es que esta situación va a continuar a menos que se pongan en marcha una serie de medidas progresistas globales como un impuesto del 80% a la riqueza (no solo al ingreso).
Más allá si este remedio forma parte del esquema neoclásico como critica Palley, dado el poder de lobby de los grandes capitales y, en muchos casos, su directo manejo de la cosa pública (la política económica de Barack Obama ha estado en manos de exbanqueros de Wall Street), resulta bastante improbable que se pueda llevar adelante.
El mismo Piketty no es particularmente optimista.
"Los niveles de desigualdad en Estados Unidos hoy son similares a los que había en Europa a comienzos del siglo XX. La historia nos enseña que este nivel de desigualdad no es positivo para el crecimiento económico o la democracia. La experiencia de Europa en el siglo XX no nos hace ser muy optimistas. Los sistemas democráticos no pudieron responder de manera pacífica y la situación solo se solucionó después de dos guerras mundiales y violentos conflictos sociales. Esperemos que esta vez sea diferente", señala Piketty.

domingo, 14 de junio de 2015

Matthieu Ricard. "Hay que dejar de pensar en uno mismo, que es lo que nos vuelve miserables"


Monje budista, fotógrafo y escritor, el hijo del reconocido filósofo ateo Jean-François Revel defiende la capacidad de los seres humanos para entrenar la mente en busca de la felicidad
Por   | LA NACION
Dos días antes del terremoto en Nepal, el francés Matthieu Ricard, monje budista de la tradición tibetana, intérprete del Dalai Lama, fotógrafo y escritor, dejó su monasterio en Katmandú para visitar a su madre de 92 años en Francia. El azar puso a resguardo su vida, pero los temblores sacudieron a su monasterio en Katmandú, desde donde junto a otros 600 monjes, médicos y voluntarios organiza la asistencia que su organización, Karuna, brinda a través de 20 clínicas en Nepal, la India y en el Tíbet.
Ricard hubiese preferido estar allí, pero en menos de una semana en Francia pudo recolectar un millón de dólares para la reconstrucción de Nepal. Su prédica espiritual es bien conocida en Europa y los Estados Unidos, donde sus libros, El monje y el filósofo (una conversación con su padre, el filósofo ateo Jean-François Revel), El arte de la meditación y, el más reciente, La revolución altruista, son best sellers con alto predicamento.
Su pasado cientificista, como biólogo molecular del Instituto Pasteur, lo empujó en el año 2000 a participar de una ambiciosa investigación neurocientífica en los Estados Unidos y en Europa que, al día de hoy, continúa midiendo los efectos que la meditación y el entrenamiento mental producen en el cerebro. El de Ricard -moldeado en su infancia por los círculos intelectuales parisinos y luego por la práctica budista- exhibió el nivel cerebral más intenso de ondas gama, vinculadas a estados de bienestar, medido en la historia de las neurociencias. Desde entonces, lo llaman "el hombre más feliz del mundo". De eso habló ayer en el Primer Encuentro de Felicidad, organizado por Green Tara en el Malba: de su propio derrotero hacia el bienestar y sobre cómo entrenar una mente feliz. Pero antes, conversó con la nacion.
-¿Cómo llega un PhD, discípulo de un Premio Nobel, a convertirse en monje?
-Culminaba mis estudios sobre Escherichia coli cuando quise irme a vivir al Himalaya para aprender de los grandes maestros budistas. Vi en ellos modelos de vida perfectos. Luego, fue natural convertirme en monje: cultivar la sabiduría, meditar en las montañas y llevar una vida despojada de servicio. Cuando uno más profundamente se transforma, mejor puede servir a los otros.
-¿Cómo disipó la tensión entre ciencia y religión?
-La ciencia investiga la naturaleza de la realidad con rigor y el budismo es una ciencia de la mente, de la iluminación, basada en la ley de causa-efecto y en la relación de uno con el universo. Ése es un acercamiento empírico a la realidad, con lo cual hay tensión. Miramos lo mismo: cómo entrenar la mente para ser más conscientes y lograr el equilibrio emocional. El cerebro cambia estructuralmente y en sus funciones si uno entrena la mente.
-¿Y cómo se entrena la mente para ser feliz?
-Cultivando el altruismo, innato o no; llenando nuestro espacio mental con amor y compasión se bajan los niveles de cortisol. Día tras día, hay que entrenar el cerebro con pensamientos positivos y dejar de pensar en uno mismo, que es lo que nos vuelve miserables. La forma científica de hablar de meditación es la de cultivar habilidades cognitivas. La felicidad nunca es una sola cosa. Supone estimular otras habilidades: la libertad, el coraje, la fuerza interior, el amor, la compasión, la amabilidad incondicionales. Si uno alimenta su mente con pensamientos de odio, se convierte en una persona cruel. Si hace lo opuesto, verá que en un mes la neuroplasticidad del cerebro habrá cambiado. Meditar es educarse y es clave. Hay que entender que la empatía sólo informa sobre la situación de otros; la compasión motiva a llevar bienestar a los demás. Y no porque el dolor ajeno nos angustie.
-Pero vivimos en un mundo egoísta...
-Ésa es una falsa creencia que banaliza el bien común. Mire Nepal: la gente se ayuda y lo hace en todas las catástrofes. Es erróneo suponer que se puede construir la propia felicidad de forma egoísta. Hoy somos todos interdependientes. En el plano personal, uno experimenta una profunda sensación de bienestar cuando desarrolla el amor altruista; también será percibido positivamente por otros. A nivel global, ¿cuáles son los desafíos para lograr el bienestar? En el corto plazo, la mejora económica. En el mediano, el de la calidad de vida. Y en el largo, la preservación del medio ambiente. El único concepto que sirve para construir un mejor mundo a futuro para todos es tener mayor consideración.El altruista trabajará para una economía más equitativa; el compasivo se preocupará por los temas sociales, y ambos trabajarán en pos de lo que no llegarán a ver.
-¿No le parece utópico?
-No. La crueldad y la violencia están presentes, pero no son determinantes. Si uno observa la mente en profundidad, ve que detrás de la amabilidad y de la crueldad, está la conciencia, que no está condicionada y sólo puede ser moldeada por las construcciones mentales. Todo depende de cómo uno entrena la mente y cómo elabora y enfrenta sus emociones. Si en cada ser humano hay dos lobos: uno amable y otro que quiere exterminar al primero, ¿cuál prevalece? El que uno alimenta. La revolución de la compasión llegará y el altruismo, que es benevolencia, será su consecuencia. El concepto que exportaremos al nuevo siglo será el de cooperación.
-¿En qué basa esa creencia?
-Hoy valoramos más al otro que en el pasado. Asimilamos un conjunto de valores (derechos humanos, de la mujer, del niño) a los que hemos ido asomando a lo largo del tiempo. Genéticamente somos los mismos que en el pasado sometían a otros como esclavos. Lo que nos diferencia hoy es la cultura y la conciencia.
-Un escritor español suele decir que "si Dios realmente existe, no es un caballero"...
-En el budismo, no tenemos ese problema: no es Buda responsable de los problemas terrenales. Hay una bondad básica en el ser humano, que puede salirse de cauce, por eso hay que entrenarla. Pero ése es un viejo dilema, la Teodicea, que culpa al libre albedrío; una excusa graciosa. Mi padre escribió que reconciliar el mal con la existencia de Dios es como poner agua fría y caliente en un mismo caño. No funciona así.
-¿Cómo funciona?
-Somos 7000 millones de personas que debemos convivir en armonía con otros 1,3 millones de especies, aceptando que el mal existe y educando al cerebro en hacer el bien frente a todo ser vivo. Por eso sugiero que la meditación, como entrenamiento, se incluya desde el jardín de infantes, vaciándola de enseñanzas religiosas. Debería dejar de ser vista como algo exótico para entenderla como una técnica eficaz.

jueves, 11 de junio de 2015

Jose Hermida: “Nada indignante altera mi ser: lucho contra ello, no lloriqueo”


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Jose Hermida (A Coruña, 1950) es profesor de Comunicación No Verbal en la Escuela Nacional de Protección Civil. Es periodista y conferenciante. Ha publicado una quincena de libros de divulgación económica, científica e investigación social, entre ellos “Hablar sin palabras” y es asesor técnico de la revista Emprendedores.
1. La felicidad es…hacer y amar cada día, tener que hacer, tener a quién amar.
2. ¿Qué es lo mejor que puedo aportar a los demás? Devolver la confianza que me otorgan: compartir conocimiento.
3. Lo que más respeto: la dignidad
4. Lo que más me indigna: nada indignante altera mi ser: lucho contra ello, no lloriqueo.
5. ¿Qué significa para mí el pasado? La edificación del mejor Yo que puedo ser en cada momento
6. ¿Y el futuro? Lo mismo que el pasado. El tiempo no es más que una herramienta para saber cuándo hay que retirar el arroz del fuego para que no se pase.
7. Mi principal virtud Mi tenacidad
8. Mi principal defecto Mi tenacidad
9. ¿Mi gran sueño? Que siempre tenga un afán para cada día
10. ¿Mi objetivo vital? Ir un paso más allá del Camino y regresar al principio
11. ¿Mi objetivo profesional? Cumplir con mi tarea en este mundo
12. Mi personaje más admirado Mi padre
13. Mi libro, mi canción y mi película Analectas de Confucio, mi canción Xohana, mi cortometraje Rimbaud
14. Mi lugar inspirador El acantilado de O Seixo Branco donde íbamos a bucear de niños, jugándonos la vida tan maravillosa como irresponsablemente
15. ¿De dónde aprendo? De mis alumnos
16. ¿Qué aprendí de mis errores? Que hay que cometer errores nuevos y no repetir los antiguos
17. ¿A qué le temo? Al dolor
18. ¿Cuánto tiempo al día dedico a pensar en mi mismo? Apenas me queda tiempo mientras me ocupo de los demás.
19. ¿Por qué los demás deberían creer en mí? Porque yo lo hago
20. La suerte es… la lógica consecuencia de llevarse bien con el Caos
21. La vida es… una fascinante interrupción entre dos Nadas.
22. ¿Qué harías si hoy fuese tu último día? Escribir esta última línea.

jueves, 4 de junio de 2015

6 prácticas poco convencionales de amor y sexo alrededor del mundo


Por: Pilar Turu y Alejandro Campos


Existe una leyenda, difícil de confirmar pero fácil de comprender. Se trata de la historia de dos parejas que viajan por las sabanas africanas, recorren las selvas del Congo y cruzan las aldeas (in)comunicadas. Carlos y Regina, llevan cinco años de matrimonio. A pesar de sus peleas esporádicas, se llevan bien. El sexo se ha distanciado, con suerte ocurre una vez al mes, pero en esa encendida llama de los recién casados tuvieron a su primer y único hijo. Por su parte, María y Eduardo, inician esta aventura con esa chispa que caracteriza los primeros años; con rienda suelta a la pasión. Conforme recorren kilómetros de soledad y existencialismo, encuentran en cada aldea, pueblo o congregación humana un poco de sí mismos. Y es a través de este encuentro que entienden aquello que jamás hubieran comprendido: que el amor y el sexo se entiende según el sol donde te toque vivir.

¿Qué es el amor? ¿Y el sexo? Quizá para nosotros, el amor se reduce a una amistad que desencadena sentimientos, emociones, pasiones, cariño sin medida. El sexo, por su parte, puede ser la culminación del amor, simplemente una actividad recreativa o una mera consumación del deseo y de los placeres. Sin embargo, quizás del otro lado del mundo el amor sea el pilar de la vida en comunidad, y el sexo un asunto meramente reproductivo. A continuación te compartimos una serie de ritos, prácticas y tradiciones actuales y del pasado que giran en torno del amor y el sexo, sabiendo que conocer es entender y por ende respetar.


Las chozas del amor en la India

Los Muria consisten en un grupo de tribus que viven en el estado central de Madya Pradesh en la India. Como parte de su cosmovisión, las tribus se organizan en una estructura colectiva donde mantienen una firme creencia de que la armonía de la comunidad se basa en poder compartir todo aquello que tienen. Los Muria sobresalen por encima de otras tribus de la India por sus prácticas respecto al sexo y al amor.

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Los Muria deciden educar a sus niños desde los 10 años en prácticas sexuales, permitiéndoles tener relaciones sexuales dentro de cabañas con múltiples dormitorios llamados ghotul. En ellos, se espera que los adolescentes comiencen a explorar sus intereses sexuales y se eduquen en dichos temas basándose en su propia experiencia, pero manteniendo determinadas reglas. Por ejemplo, una vez que los niños entran al ghotul, deberán cambiar su nombre y cada noche podrán elegir a su pareja. Sin embargo, la fidelidad no es algo importante dentro del ghotul, pues de hecho las parejas deben cambiar cada periodo de siete días. Dentro de un mismo ghotul puede haber hermanos, primos y vecinos teniendo relaciones con sus respectivas parejas, aunque el incesto es sólo permitido entre primos y las orgías son fuertemente castigadas.

El argumento de las tribus Muria reside en que los ghotul son parte de sus estructuras sociales que les permiten a los jóvenes adentrarse en las relaciones sexuales pero también en prácticas que desarrollen un sentido de comunidad mucho más fuerte. Además, se dice que la “capacidad” de elegir pareja durante cada noche permite que no crezca en la aldea ningún tipo de envidia o de celos, manteniendo así la armonía de la tribu. Llegada la edad, hombre y mujer son libres de elegir a su pareja teniendo como referencia de que la mujer no será virgen y el hombre no será inexperto.

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Desafortunadamente, la cosmovisión de los Muria enfocada en la armonía, se ha visto sumamente criticada y denigrada por las ópticas modernas. Además, con la expansión del modelo educativo de la India, los jóvenes Muria han sido confrontados con su realidad al creer que el sexo previo al matrimonio es “incorrecto”. Ante ello, el número de ghotul ha ido disminuyendo y el sentimiento de culpa, arraigado por doctrinas religiosas en la India, aumenta entre sus habitantes.

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Fuentes: India Today y Kamat
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Poliandria en el Tibet

La poliandria se define como el tipo de enlace matrimonial en el que una mujer tiene múltiples esposos. A pesar de que se trata de una práctica muy poco usual en Occidente, en el Tíbet se trata de una tradición sumamente arraigada, misma que tiene su origen hace miles de años.

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Esta práctica consiste en que dos, tres, cuatro, cinco o más hermanos deciden casarse con la misma mujer, quien deja su casa para mudarse con ellos. A pesar de que en la antigüedad los matrimonios eran arreglados por los padres que tuvieran hijos, ello ha cambiado a que puedan celebrarse matrimonios de común acuerdo entre las dos partes. La práctica está relegada a los hermanos que tengan la suficiente edad para casarse (más de 16 años) aunque en el futuro, los hermanos muy jóvenes pueden incorporarse al matrimonio.

Tradicionalmente, el hermano mayor es quien tiene la mayor autoridad dentro de la nueva casa, aunque el sustento del hogar se reparte de manera equitativa entre todos los esposos y todos son pareja sexual de la mujer. Cuando la esposa se embaraza, todos los hermanos deberán considerar al hijo como propio pues no existe la necesidad de aclarar de quién es el vástago. Si en determinado caso uno de los hermanos quisiera separarse, le bastaría con dejar la casa y mudarse a otra, pero sabiendo que deberá dejar a sus posibles hijos al cuidado de sus hermanos.

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Una de las principales razones detrás de la poliandria radica en que según los tibetanos, es una forma de evitar la división de las tierras de la familia y del ganado, para que así, juntos como familia, todos puedan alcanzar un mejor estatus y una mejor calidad de vida. Por parte de la mujer que acepta tener un matrimonio con múltiples esposos, su razón puede radicar en que de esa manera ella y sus hijos podrán vivir mejor teniendo en cuenta que hay tres (o más) esposos cuidando por ellos.

Algunos sociólogos apuntan a que esta práctica en conjunto con el gran número de hombres en celibato y la falta de facilidades médicas de calidad, han contribuido a un descenso en la población del Tíbet.

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Fuente: Melvyn. C. Goldstein . “When brothers share a wife”. Natural History. 96 (3): 109-112. 1987
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El paraíso perdido de los Huaoroni

En la Amazonía occidental, al oriente del Ecuador, vive un pueblo llamado Huaoroni. Sobreviven entre misiones evangélicas que buscan sembrar en ellos la doctrina de la religión y grandes corporaciones petroleras que buscan lograr la reubicación de las tribus para lograr la explotación del subsuelo.

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Los Huaroni aún viven en chozas en medio del Amazonas, asentándose cerca de los ríos para aprovechar el agua fresca y la abundante vegetación. Siembran madioca, papa y otros cultivos que les permiten sobrevivir en conjunto con la caza y el uso de hierbas medicinales. Su estructura social se basa en la construcción de chozas (casas largas) donde viven entre 20 y 30 personas bajo la “supervisión” y guía de una pareja de adultos.

Sin embargo, uno de los puntos más característicos de los Huaoroni y por lo cual son ampliamente criticados es que para ellos la sexualidad está abierta a sus propias experiencias. Por ejemplo, no existe un pre-requisito temporal para la madurez sexual, por lo que niños y jóvenes pueden participar en las actividades del pueblo. Además, en este pueblo no existe la determinación de las preferencias sexuales pues aquellas que nosotros conocemos (bisexualidad, homosexualidad, heterosexualidad, etc.) se practican de manera indistinta. Únicamente, la heterosexualidad es comprendida como aquella necesaria para la reproducción donde varios hombres pueden acostarse con la misma mujer con el fin de que se alcance el embarazo pues consideran que el semen de varios hombres puede lograr la concepción.

Para los Huaroni, la sensualidad comunal y las prácticas sexuales compartidas se entienden como pilares para el sostenimiento de la economía de la “casa larga”, permitiendo que todos sus miembros compartan aquello que la naturaleza les da. Además claro, de que la sensualidad no está erotizada pues las relaciones sexuales pueden producir el mismo placer que ver a una mujer amamantando a su bebé de 3 meses.

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Fuente: Larry Montenegro “Herculine Barbin y la sensualidad de los Huaoroni” Revista Entretanto. / Mike Featherstone “Love & Eroticism“.

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Bomena: la caza nocturna

 
En Bután, el área menos estudiada en cuestiones antropológicas del Himalaya oriental, existe una tradición llevada también a cabo en otras culturas que se llama Bomena, mejor conocida como “la caza nocturna”, aunque en el significado original de la palabra no se incluyen las palabras de caza o noche, sin embargo, la actividad que marca al rito, ha hecho que así se le reconozca.

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 Este ritual tiene que ver con el cortejo; con el “hombre conoce a mujer”, pero de una manera totalmente distinta a la que conocemos. El rito funciona de la siguiente manera: jóvenes que apenas rozan la madurez, esperan a la caída de la noche para buscar una presa; como si una práctica animal se tratase. Entonces, buscan la casa de la mujer en la mira; trepan sus paredes, cruzan sus ventanas, y se inmiscuyen en su intimidad para llegar hasta el baño. Estando ahí, el hombre cortejará a la mujer, o directamente procederá al coito (con, o sin consentimiento). La tradición indica, que si la familia logra atrapar al hombre antes de que huya por donde entró, éste deberá casarse con ella; pero si no, y lo que más a menudo sucede, el hombre huirá, dejando a la mujer embarazada, y desapareciendo para siempre.
  “..antes del matrimonio, había perdido la cuenta de los hombres que habían llegado a visitarme. No se trata de forzar. Los hombres solían llegar a nuestra casa y tratar de acostarse con nosotras. No recuerdo cuántos vinieron, y cuántas veces vinieron. Pero era constante…”. “…mientras la tradición le da libertad a la mujer de escoger con quien quiere estar, hay algunos hombres que llegan a la fuerza, y ahí es donde se pone feo. Si los hombres respetaran las decisiones de la mujer, y aceptaran un no, todo sería mejor…” – Sonam Wangdi, de la tribu Trongsa en Bután.
 Esta práctica no ha sido lo suficientemente estudiada antropológicamente, simplemente se ha explicado. Aunque por cuestiones culturales nos podría parecer una práctica primitiva, pues no sólo en muchos de los casos se cometen abusos, sino que además las mujeres no tienen ni voz ni voto, y suelen terminar con embarazos no deseados y enfermedades venéreas, se trata de una tradición, y las tradiciones no pueden romperse fácilmente.
 Fuente: 
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La Tribu Wodaabe
 La Tribu nómada Wodaabe, ubicada en el desierto Sahel en Níger, tras la llegada de la abundancia de la lluvia, se reúne para celebrar el festival Gerewol. Este festival que se vuelve en realidad un ritual de amor está dedicado a la belleza. Los hombres jóvenes, para la ocasión del festival, se adornan con largos collares, se pintan la cara con arcilla de colores, se recrean para volverse estéticamente atractivos.


Se hace un concurso en el que entra en juego la simetría del rostro, la altura, la delgadez, o la calidad de sus dientes y su blancura. Los hombres, para impresionar, bailan durante horas mientras están perfectamente acicalados, mostrándose según su cultura, realmente atractivos y bellos. Lo curioso de esta fiesta, es que en la tribu Wodaabe los roles se invierten. Las mujeres son quienes escogen al mejor candidato, al que les atrae más físicamente; al más bello. Y como recompensa, el ganador recibe como premio pasar una noche de pasión con la jueza que lo ha escogido.
 



Fuente: BBC.co
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La libertad sexual en Las Islas Marquesas 
Las Islas Marquesas, en la Polinesia Francesa, fueron colonizadas en el 300 a.C. Entre sus tribus eran recurrentes prácticas como el canibalismo aplicado a los enemigos. Una práctica curiosa que descubrieron los primeros exploradores europeos, fue que en las familias, los niños dormían en la misma habitación que sus padres, siendo testigos de las relaciones sexuales de éstos.

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El sexo para esta cultura era algo completamente natural y liberal; tanto así, que el sexo premarital estaba permitido para todos, excepto para las primogénitas de las familias de clase alta de la sociedad. 
Además, en la isla, es perfectamente normal encontrar la poliandria (mujer en matrimonio con varios varones) como una forma de matrimonio.

Referencia: Nerve
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