domingo, 2 de septiembre de 2012

Ecuador desde afuera (segunda parte)

Pacha Mama y ciencia occidental

cesarh@plusnet.ec
La Pacha Mama es el sustento fundamental del Buen Vivir, la madre tierra en el paradigma ancestral. Se la quiere y respeta porque de allí nace la vida, colectiva y solidaria. La tierra es de todos y la solidaridad se expresa en el “presta manos” (para construir una casa), en la minga grupal o en la fiesta ritual. La vida es dual y complementaria: cuerpo individual y subjetividad cultural en donde el todo es más que la suma de las partes. 

La alimentación es natural, la sexualidad libre, el ejercicio físico y subjetivo cotidianos. Se trata de un “Buen Vivir” con austeridad, sin la obsesión del consumismo (no vivir “mejor” como quiere la publicidad mercantil). Todos los seres vivos son iguales como en la vida “natural” rural de la chacra y sus policultivos. 

El Estado debe garantizar los derechos humanos y de la naturaleza en un contexto intercultural y multinacional. Javier Medina en su obra Suma Qamaña, Por una convivialidad postindustrial (Garza Azul editores, La Paz, 2006) propone la interacción de los principios occidentales (patriarcal, newtoniano, cartesiano) y el principio amerindio (matrístico, animista, holista). Para los aymaras tiempo y espacio están interrelacionados: en Pacha, la P deriva de Pa que significa dos, bi, dual y Cha de fuerza, energía en movimiento. 

Pacha-mama connota espacio, mama-pacha connota tiempo. “La gente pertenece a la tierra”, no al revés. No existe el otro sino el “nosotros” como primera persona, no el ‘yo’, sostiene Fernando Huanacuni Mamani, autor Vivir Bien/Buen Vivir, Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales Convenio Andrés Bello, Instituto Internacional de integración, La Paz, 2010). La Pacha Mama tiene connotaciones de la ciencia, la religión y la poesía. 

En la ciencia occidental hay evidencias como las que muestra el inglés James Lovelock en su obra La venganza de la tierra, la teoría de Gaia y el futuro de la humanidad (Barcelona, Editorial Planeta, 2006) con su concepción de “Gaia” como madre tierra de la que provenimos todos, vegetales, animales, humanos. 

 Y lo demuestra además el cúmulo de bibliografía agroecológica, de ecología política y otras disciplinas críticas. Pero no sólo los seres vivos provienen de la Pacha Mama, ella es más que los productos que generan las semillas, es la montaña con sus vientos, el agua de las lluvias y los ríos que van al mar, la energía del sol y la influencia de la luna. 


 César Hermida cesarh@plusnet.ec